Las calles de Dublín, rodeadas de montañas y una hermosa bahía, están repletas de arte intenso y edificios históricos, cafeterías modernas y pubs irlandeses tradicionales. Al pasear por la ciudad, sentirás los ecos de los vikingos mezclándose con las bulliciosas boutiques, los adoquines resonando con los sonidos de los músicos callejeros y los parques del siglo XVIII que acogen festivales, mercados de cine y gastronomía.
Pero esta joya antigua también destaca por su belleza natural. Más allá de la ciudad, la bahía de Dublín, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO, se convierte en un lugar ideal para pasear por la costa, visitar pueblos pintorescos, disfrutar de extensas vistas al mar y contemplar el paisaje montañoso. Ve a las montañas de Dublín a hacer senderismo, practica alpinismo en la cantera de Dalkey, camina por el sendero del acantilado en Howth o súmate a los valientes lugareños que se bañan en el mar sin importar el tiempo que haga. En Dublín, hay una aventura en cada esquina.