Forty Foot, condado de Dublín

La tradición de nadar en Forty Foot se remonta al siglo XIX. Tradicionalmente, era una zona de baño exclusiva para hombres, pero en la década de 1970 las normas cambiaron debido a las protestas de un grupo de feministas por la exclusión de mujeres y niños. Ahora todo el mundo puede darse un chapuzón, desde los visitantes de fin de semana hasta los vecinos de toda la vida. Parte de su atractivo reside en su belleza natural. Es una zona de aguas profundas y rodeada de rocas de color dorado que ofrece a los bañistas una vista preciosa de la bahía de Dublín, que es Reserva de la Biosfera de la UNESCO.

Lánzate aquí a las frías aguas del mar de Irlanda y es probable que haya cormoranes a tu lado, garzas y gaviotas sobrevolándote, y alguna que otra foca curiosa (aconsejamos mantener la distancia, ya que las focas son animales salvajes y resultan impredecibles).

Los bañistas acuden a Forty Foot durante todo el año (darse un chapuzón en Navidad es una tradición), pero si no estás lo suficientemente loco como para unirte a la colección de resistentes bañistas invernales (con temperaturas que rondan los 7 grados, no es apto para miedosos), esta parte de la costa sur del condado de Dublín sigue siendo un destino fantástico para dar un paseo breve o una caminata.

La animada localidad de Dún Laoghaire está cerca de Forty Foot y allí encontrarás Dún Laoghaire Baths (otra zona de baño en el mar), un muelle del siglo XIX y el elegante People's Park, con su popular mercado gastronómico de los domingos. Si te apetece dar un paseo agradable, sube al tren Dart en el centro de Dublín, baja en Dún Laoghaire y camina por la costa hasta la playa de Sandycove y Forty Foot.

En dirección contraria se encuentra el pintoresco pueblo de Dalkey con sus dos castillos, así como muchos pubs, cafeterías y restaurantes excelentes. Si prefieres hacer turismo, hay algunos lugares destacados, como el Museo Marítimo de Dún Laoghaire, el castillo de Dalkey y la Torre y Museo de James Joyce, que están justo detrás de Forty Foot.

La torre Martello, que alberga el museo, se construyó en el siglo XIX como estructura defensiva contra una invasión napoleónica. Joyce pasó seis noches aquí en 1904 y en las páginas iniciales de «Ulises» aparece Forty Foot.

La costa sur de Dublín está salpicada de pequeños pueblos pintorescos a los que se puede acceder fácilmente en transporte público. Además, son perfectos para comer algo. A poca distancia a pie de Forty Foot encontrarás el acogedor barrio de Glasthule, donde está Caviston’s, toda una institución en Dublín y un lugar fantástico para comer marisco. En la planta baja hay un restaurante más tradicional, pero prueba los buenos vinos y platos pequeños de la planta superior, o visita el Food Emporium para degustar un sándwich o una ensalada junto al mar.

Muy cerca de Caviston’s, el vino está a la orden del día en 64, donde, tras bañarte, podrás saborear un rosado acompañado de embutidos. Por su parte, los vecinos hacen cola a diario en Hatch para tomar un café. Si eres fan de Joyce, camina un poco hasta el diminuto pueblo de Sandycove, donde encontrarás el pub Fitzgerald’s, que está conectado con las obras literarias de James Joyce y es un hervidero de actividad cada Bloomsday.