48 horas en Dublín y Wicklow

Si quieres conocer un lugar, sigue a los lugareños. En Dún Laoghaire, los lugareños ADORAN pasear por el muelle este. Los verás dando una vuelta, paseando al perro, corriendo o simplemente pasando el rato en este muelle de 2,6 km con su quiosco de música de estilo victoriano y sus gastronetas, que venden de todo, desde helados hasta gambas fritas. Camina hasta el final del muelle y tendrás como recompensa unas vistas increíbles de Dún Laoghaire. ¡Es una manera fantástica de empezar el día!

También es una forma estupenda de abrir el apetito, así que el desayuno es lo siguiente. Visita INK Café en dlr Lexicon, el edificio vanguardista que alberga la biblioteca y el centro cultural de la ciudad, para degustar platos caseros como granola o huevos escalfados con tostada de masa madre y un café excelente.

La iglesia de los Marineros tiene 180 años de antigüedad, se encuentra junto al dlr Lexicon y alberga el Museo Marítimo Nacional de Irlanda. Este increíble edificio es uno de los pocos lugares que quedan en el mundo que fueron construidos como lugar de culto para los marineros y es testimonio del patrimonio marítimo de Dún Laoghaire.

Mientras exploras el museo, no te pierdas Baily Optic, la enorme luz del faro de Baily, que empezó a funcionar en 1902 y que James Joyce mencionó en su novela «Ulises».  

Hablando del gran novelista, tu próxima parada está sacada de las páginas de «Ulises». Es hora de unirte a los lugareños en el siempre popular pasatiempo dublinés de lanzarse al agua en la famosa zona de baño Forty Foot. Créenos, ese «mar verde moco» que Joyce describe es mucho más atractivo de lo que suena y no hay nada como la camaradería que encontrarás aquí.

Puede que necesites un café para entrar en calor después del chapuzón, así que dirígete a Sandycove Store and Yard, a pocos minutos del paseo marítimo.

Puede que hayas observado la torre Martello de Sandycove mientras te bañabas en Forty Foot. Este fuerte circular de poca altura es uno de los muchos que se construyeron a lo largo de la costa en el siglo XIX para defender Irlanda de los invasores. Además, es especialmente importante para quienes tienen interés en la literatura,

ya que aquí transcurren las escenas iniciales de «Ulises», la famosa obra maestra modernista de James Joyce. Hoy en día, alberga el Museo y Torre de James Joyce, donde puedes encontrar de todo, desde primeras ediciones de «Ulises» hasta cartas, fotografías y objetos personales del autor. Y lo que es más importante, puedes subir a la torre y ser parte de «Ulises». ¿Qué podría ser más emocionante?

No hay mejor lugar para pasar la tarde que una de las animadas localidades costeras de Dublín. Tu próxima parada es Dalkey, un bonito pueblo histórico al sur que probablemente sea más conocido por sus famosos habitantes, como Bono (cantante de U2), Enya y el director Neil Jordan, entre otros. Pero también es un lugar popular para comer, beber, comprar y socializar. Aquí te mostramos cómo sacar el máximo provecho de tu visita.

Te mereces darte un capricho, así que disfruta de un almuerzo en el pub The Queens, que lleva alimentando a clientes hambrientos desde 1745. Luego visita el cercano Dalkey Castle and Heritage Centre y sumérgete en el pasado con la experiencia Historia viviente, en la que actores disfrazados te guiarán en un recorrido sorprendente por la ciudad medieval.

Cuando vuelvas al presente, será hora de pasear por las calles y visitar algunos de los peculiares establecimientos locales que hacen único a Dalkey, como The Gutter Bookshop, Country Bake y la ferretería Hark.

Tras regresar a Dún Laoghaire después de tu ajetreado día, te espera una velada relajante. Alójate en el Royal Marine Hotel, una antigua institución venerable que ha albergado todo tipo de huéspedes, desde Laurel y Hardy hasta Frank Sinatra. Toma una copa en el Bay Lounge, con vistas de la bahía de Dublín y el muelle este, y planifica tu velada.

En Dún Laoghaire hay muchos lugares para comer, así que tendrás mucho donde elegir. Si quieres ir a lo seguro, dirígete al cercano Oliveto en Haddington House, conocido por su excelente cocina italiana.

Y si aún te quedan fuerzas, puedes asistir a un espectáculo en el Pavillion Theatre, con su ecléctico programa de música, teatro, danza y cine.

Una de las famosas maravillas del condado de Wicklow es Powerscourt, una finca increíblemente hermosa situada cerca de la montaña de Sugarloaf. National Geographic ha includio a los jardines, con sus terrazas en cascada, magníficas estatuas y césped bien cuidado, en el número tres de su lista de los diez mejores jardines del mundo. Contemplar los nenúfares flotando en el lago ornamental y pasear por los preciosos jardines japoneses es todo un placer.

Relájate en el Terrace Café después de explorar los jardines y disfruta de un café y un delicioso postre casero antes de echar un vistazo a las tiendas de artesanía de Powerscourt House, que ofrecen una selección de artículos de moda, artesanía, muebles y joyas irlandeses hechos a mano. Si te queda tiempo, visita la cascada de Powerscourt (a unos 6 km de la finca).

Powerscourt está a unos 20 minutos en coche de la ciudad. Si lo prefieres, puedes coger un autobús desde Dublín hasta el cercano pueblo de Enniskerry y dar un paseo de 25 minutos hasta la finca.

No tiene sentido visitar Wicklow si no tienes pensado explorar sus montañas, un parque nacional de espectacular belleza situado muy cerca de Dublín. Desde Powerscourt, sigue el valle de Glencree hasta Sally Gap, un cruce en lo alto de las montañas de Wicklow donde contemplarás paisajes que llevan años asombrando a los buscadores de exteriores. Aquí se han rodado series como «Vikingos» y películas como «El imperio del fuego» y «Posdata: Te quiero».

Con turberas que se extienden hacia el horizonte, puede que tengas la sensación de haber llegado al fin del mundo, pero es un lugar popular entre los excursionistas, ya que les permite disfrutar de una ruta panorámica por las montañas de Wicklow.

No podrás realizar esta sección del recorrido en transporte público, pero ten en cuenta que la ruta a pie de larga distancia Wicklow Way atraviesa esta región. Si tienes tiempo (¡y energía!) para recorrerla, contemplarás unas vistas impresionantes de Wicklow y Dublín.

¿Crees que estamos bromeando? ¡Para nada! Conocido como el lago Guinness, Lough Tay es uno de los lugares más fotografiados de las montañas de Wicklow. Sus aguas oscuras y la arena blanca de su orilla norte hacen que parezca una pinta de Guinness, la cerveza negra por la que Irlanda es famosa.

Aunque la naturaleza fue generosa al dotar al Lough Tay de un aspecto impresionante, esa ilusión necesitaba un poco de ayuda. La familia Guinness (sí, los cerveceros) poseía las tierras de la orilla norte del lago e importó la arena blanca porque le gustaba la idea de homenajear a su famosa pinta a lo grande.

Lough Tay se encuentra en una propiedad privada, por lo que no podrás bañarte en sus aguas oscuras. Pero tanto si vas en coche como en bicicleta o a pie, puedes detenerte en el mirador de la carretera para empaparte de su belleza y maravillarte con las excentricidades de los ricos.

Como estrella de numerosas películas y series, incluidas «Un horizonte muy lejano» y «Los Tudor», esta imponente finca del condado de Wicklow tiene un gran atractivo que no se limita a su glamur cinematográfico. La elegante mansión de Kilruddery es una residencia familiar que se puede ver en una visita guiada. Con una superficie de 323 hectáreas, la finca de Killruddery es una granja en funcionamiento que produce ingredientes para su restaurante, salón de té y tienda de productos agrícolas. Además, los jardines son un exquisito ejemplo del diseño de jardines formales del siglo XVII.

Es el lugar perfecto para pasar una tarde explorando la casa y los jardines, degustando un almuerzo en su Grain Store Café y echando un vistazo al mercado. Cuando lo hayas visto todo, habrá llegado el momento de volver a la ciudad. Dún Laoghaire está a solo 20 minutos en coche (también se puede llegar en tren tras un breve paseo). Pon el broche de oro al día con una cena y unas copas en The Purty Kitchen (un pub abierto desde 1728) para rematar tu viaje épico con un final relajante.