Explora la pasarela de Cuilcagh

Nuestra «Escalera hasta el cielo» es una ruta serpenteante que recorre tierras de cultivo y turbera hasta llegar literalmente a la cima de una montaña. La pasarela de Cuilcagh comienza en la ladera de la montaña de Cuilcagh, en el condado de Fermanagh, y acaba en un mirador suspendido que sobresale de su cima plana. Los 11 km de recorrido ofrecen una belleza natural que recompensa con creces el esfuerzo del ascenso.

La escalera es real porque la pasarela se convierte en escalones empinados que suben por la montaña ofreciendo una experiencia celestial. Desde el mirador, parece que el mundo entero esté a tus pies. El sol crea reflejos brillantes en el agua de Lough Nean y el azul brumoso de las colinas lejanas se funde con el horizonte. Los colores de ese variado paisaje, con verdes esmeralda, marrones rojizos y grises piedra, brillan bajo la luz. En una sola palabra, es mágico.

Paisajes divinos

Esta extraordinaria ruta se encuentra en el territorio único del Geoparque Global de los Lagos de Cuilcagh, que se extiende desde la orilla norte de la parte inferior de Lough Erne, en el condado de Fermanagh, a la orilla sur de Lough Oughter, en el condado de Cavan.

Al recorrerla encontrarás de todo, desde bosques, lagos y ríos serpenteantes hasta tumbas prehistóricas y fortificaciones de la Edad de Hierro. Entre las atracciones que no puedes perderte están las maravillas subterráneas de las cuevas de Marble Arch y los ricos tesoros arqueológicos de Cavan Burren Park.

La montaña de Cuilcagh se considera un Área de Especial Interés Científico (ASSI, por sus siglas en inglés), una Zona Especial de Conservación (SAC, por sus siglas en inglés), un área Natura 2000 y un humedal de importancia internacional.

La pasarela se construyó en tierras pertenecientes a la familia Sheridan para proteger el frágil ecosistema de la zona, una de las mayores turberas en Irlanda del Norte y hogar de muchas especies raras, como el lagópodo escocés, el chorlito dorado y una variedad de plantas inusuales.

La ruta

A menos que estés acostumbrado a hacer jornadas kilométricas de senderismo subiendo montañas, probablemente empezarás esta ruta con la mirada fija en la lejana cima y preguntándote si llegarás hasta ella. La buena noticia es que es una ruta con muchas etapas y la mayoría de la pendiente es tan gradual que apenas te darás cuenta de que estás subiendo.

El camino de gravilla sale del aparcamiento (de gestión privada y con un servicio de reserva en línea) y recorre lo que se conoce como «roca fértil», un paisaje de piedra caliza cubierto de pastos y flores silvestres, salpicado de casitas abandonadas y muros de piedra, y dividido por arroyos burbujeantes. Incluso puede que algunas ovejas se crucen en tu camino.

El paisaje empieza a cambiar y los tonos verdes adquieren un tono rojizo cuando te adentras en la delicada turbera y el camino se convierte en una pasarela de madera. En primavera, delicadas borlas de hierba algodonera flotan con la brisa mientras que los rojos y los morados del brezo y la molinia resplandecen a finales del verano.

Enseguida, se alza sobre ti la imponente la cara rocosa de Cuilcagh, con sus colores y texturas cristalinas bajo la luz del sol. Una empinada escalera de madera asciende por el paisaje rocoso hasta el mirador donde acaba la pasarela. Desde lo más alto, las vistas son preciosas. Y el juego de luces y sombras en constante cambio del paisaje de Fermanagh te cautivará durante el descenso.

Al descansar por la noche, los recuerdos de la pasarela de Cuilcagh harán que desees recorrerla de nuevo. Es como tocar el cielo con las manos.