Parque nacional de las montañas de Wicklow

Situadas sorprendentemente cerca de la ciudad de Dublín y, sin embargo, con un ambiente de otro mundo, los paisajes únicos de las montañas han servido de inspiración a poetas y pintores, así como a cineastas que han rodado aquí importantes producciones como «Braveheart», «Barry Lyndon», «El Caballero Verde» y «Desencantada: Vuelve Giselle».

El Parque nacional de las montañas de Wicklow es el más grande de Irlanda y abarca casi 23.000 hectáreas. A cada paso aparecen espectaculares vistas de paisajes teñidos de tonos tabaco, mientras que los sonidos de los ciervos en celo y las cabras balando son un recordatorio constante de que este es el patio de recreo de la naturaleza.

Uno de los destinos más populares de las montañas de Wicklow es el valle de Glendalough, que cuenta con un enclave monástico del siglo VI y una gran variedad de rutas a pie, muchas de las cuales ofrecen vistas extraordinarias del lago que brilla en el corazón del valle.

Hay nueve rutas señalizadas en Glendalough, desde paseos sin dificultad hasta rutas de senderismo más largas. La de Spinc de 9,5 km pasa junto a un antiguo pueblo minero, asciende por colinas cubiertas de brezo y recorre una cresta montañosa con espectaculares vistas del lago glaciar que hay a sus pies. ¿Quieres ver las cosas desde una perspectiva diferente? Prueba con el recorrido de historia y senderismo nocturno de Glendalough, un paseo de cinco horas que te llevará desde la puesta de sol hasta la observación de estrellas.

Si te apetece disfrutar de paseos más largos por la belleza indómita de esta parte mágica de la isla, prueba las rutas de largo recorrido como Wicklow Way de 130 km, St Kevin’s Way de 30 km o Miner’s Way de 19 km.

Una forma maravillosa de disfrutar de las montañas de Wicklow es en la ruta Sally Gap, ampliamente considerada como una de las rutas por carretera más pintorescas de la isla de Irlanda. Sally Gap es esencialmente una encrucijada rodeada de vistas panorámicas de la turbera en uno de los pasos de este a oeste que cruzan las montañas. La carretera en realidad se llama Military Road y fue construida por el ejército británico tras la rebelión irlandesa de 1798, pero hoy en día es un lugar de belleza salvaje, carreteras ondulantes y vastos cielos.

La ruta circular comienza en el pueblo de Roundwood y asciende hasta Lough Tay, también conocido como el lago Guinness por su playa de color blanco claro bordeada por aguas oscuras. Otro lugar destacado a lo largo del camino es la cascada de Glenmacnass, situada en un valle solitario, un lugar perfecto para disfrutar de un pícnic.

Dada su proximidad a Dublín, las montañas de Wicklow son populares como excursión de un día, pero si te quedas un poco más, tendrás la oportunidad de disfrutar de acogedores pubs con cálidas chimeneas, magníficos restaurantes locales y confortables alojamientos que hacen de Wicklow un destino tan maravilloso.

Un excelente lugar para hacer una parada al final de la ruta de Sally Gap es The Wicklow Heather, un restaurante situado en la bonita localidad de Laragh. Los productos orgánicos de origen local dominan un menú que incluye platos característicos como el confit de pato con morcilla negra de Clonakilty, chuleta de pierna de cordero de Wicklow frita y ternera Hereford de Wicklow.

Una buena opción en Roundwood es el popular y antiguo Roundwood Inn, que empezó siendo una posada en el siglo XVII. El ambiente es cálido y agradable, y la gastronomía incluye platos tradicionales irlandeses como el estofado de cordero. Byrne & Woods, también en Roundwood, es otro lugar fantástico para disfrutar de un festín después del paseo con clásicos de pub como el sándwich de bistec con patatas fritas y las hamburguesas, además de platos principales más refinados, como panceta de cerdo cocinada a fuego lento y estofado húngaro.

Por último, si quieres disfrutar de una experiencia de Wicklow salvaje con un poco de historia y confort, alójate en el Woodenbridge Hotel. Presume de ser el hotel más antiguo de Irlanda ya que data de 1608 y hoy en día cuenta con 29 habitaciones que han acogido a algunos de los grandes políticos de Irlanda a lo largo de los años, como Daniel O’Connell, Michael Collins y Eamon de Valera.

Lo mejor de todo es que tienes la belleza natural de las montañas de Wicklow muy cerca.