Un recorrido de 11 días por el suroeste y sureste de Irlanda en caravana

En el condado de Clare descubrirás uno de los paisajes más asombrosos y salvajes de Irlanda, la región cárstica de El Burren, Geoparque Mundial de la UNESCO. Este paisaje es de piedra caliza y se formó hace millones de años bajo mares tropicales ya desaparecidos. Durante el día, puedes disfrutar de algunas de las magníficas rutas de senderismo de la zona, o simplemente contemplar el paisaje en la hermosa playa Fanore Beach.

Por la noche, todo es música tradicional en pueblos y ciudades como Ballyvaughan y Lisdoonvarna y buena comida en joyas como el Wild Honey Inn.

¿Buscas una ruta panorámica? Toma la R460, que pasa junto al Parque Nacional de Burren y dirígete a Doolin atravesando algunos de los paisajes más bellos del condado de Clare. Otra forma de llegar a Doolin es por la N67, que pasa por alto el Burren, pero ofrece fantásticas vistas costeras de la Ruta Costera del Atlántico por el camino.

Un viaje al condado de Clare no está completo sin hacer una parada en los magníficos Acantilados de Moher. Puedes traer tu autocaravana y aparcarla en el estacionamiento del lugar, o si te gustan las largas caminatas, el paseo costero de los Acantilados de Moher desde Doolin tarda unas dos horas en completarse. Es una forma increíble de conectar con la naturaleza y acercarse a los magníficos acantilados. Si quieres saber más sobre los acantilados, reserva una visita guiada de 45 minutos en el centro de visitantes, donde tu guía te hablará de la sublime biodiversidad, la historia y la sostenibilidad de la zona.

Puedes pasar la noche en el O’Connor’s Riverside Camping and Caravan Park. Están a menos de cinco minutos en coche el uno del otro y ambos ofrecen impresionantes vistas del océano Atlántico.

Utilizando el colorido pueblo de Doolin como base para pasar el día, podrás tomarte tu tiempo y elegir entre un sinfín de aventuras. Si estás listo para poner a prueba tus habilidades en el mar, toma un ferry (funciona de marzo a octubre) desde Doolin a las islas Aran, tres islas de la bahía de Galway.

Inis Oírr, Inis Meáin e Inis Mór han mantenido la cultura y el patrimonio de la vida tradicional irlandesa, incluidos los jerséis de Aran, el habla irlandesa y los muros de piedra seca que tejen el paisaje. Si te quedas más tiempo, puedes visitar las tres, o elegir una y disfrutar de un día encantador. Inis Oírr es la más cercana a Doolin y cuenta con preciosas playas, pero el fuerte anular prehistórico de Dún Aonghasa, en Inis Mór, es una vista especialmente épica.

De vuelta a tierra firme, seguro que Doolin te recibirá con una fiesta, ya que es un centro neurálgico de la música folk irlandesa, así que únete a la diversión en McDermott's, famoso por sus alegres sesiones musicales.

A poco más de una hora en coche de Doolin se encuentra una ciudad muy distinta de las demás: Limerick. Aunque en su día fue el telón de fondo de las premiadas pero sombrías memorias de Frank McCourt, Angela’s Ashes, Limerick es una ciudad extravagante y artística, llena de museos y galerías que exhiben espectáculos locales e internacionales. También es un centro del rugby: los días de partido, las calles de la ciudad también se llenan de apasionados aficionados, ya que Thomond Park es la sede del Munster Rugby, un club de renombre internacional.

Situada en la desembocadura del río más largo de Irlanda, el río Shannon, Limerick fue colonizada hace mucho tiempo. Desde el Castillo del Rey Juan, que se alza en la ciudad desde hace más de 1.000 años, hasta las calles georgianas del siglo XVIII, ésta es una ciudad con historias que contar.

Explora asombrosas galerías de arte como el Hunt Museum, que alberga obras maestras de Picasso y Renoir, entre otros. Para comer, dirígete al famoso Milk Market (que abre de viernes a domingo) y elige entre la comida y la artesanía locales.

Si tienes más tiempo, comprueba por qué esta ciudad inspira tanto fervor deportivo en la Experiencia Internacional de Rugby, que muestra la orgullosa herencia rugbística de Limerick.

Aunque el resto del día lo dediques a dirigirte más al sur, hacia Dingle, en el condado de Kerry, eso no significa que no puedas disfrutar del viaje...

Desde la ciudad de Limerick, dirígete primero a la M20 antes de seguir por la N21 hasta algunas de las ciudades y pueblos más encantadores del condado. Puedes elegir si quieres parar o seguir conduciendo, pero te recomendamos que hagas una parada en Adare, con sus preciosas casitas con tejado de paja que parecen sacadas de una postal.

Si continúas hacia Dingle por la N21, encontrarás la inolvidable ciudad de Tralee justo al otro lado de la frontera, en el condado de Kerry. Es todo lo que cabría esperar de una ciudad rural tradicional, con un teatro folclórico nacional y festivales como el de la Rosa de Tralee, que se celebra en agosto.

Pero también hay mucho más. Visita el molino de viento de Blennerville, del siglo XVIII, o si quieres estirar las piernas tras el largo trayecto en coche, da un paseo por la orilla del canal y la playa de Cockleshell, donde podrás empaparte de las inmejorables vistas al mar.

Si dispones de más tiempo y te apetece comer algo, dirígete a Quinlan's, donde la pesca del día llega fresca del cercano Atlántico.

Tu última parada del día es la bulliciosa ciudad de Dingle. Para llegar hasta aquí, tendrás que tomar la N86, ya que el paso de Conor está cerrado a los vehículos de más de 2 toneladas. La península de Dingle es una zona de habla irlandesa, conocida como Gaeltacht, al igual que las islas Aran. Nada más llegar, te harás una idea de su cultura única al mezclarte con músicos, poetas y narradores locales.

Podrías pasar todas tus vacaciones en Dingle y aún así no te quedarías sin cosas que hacer. Hay un montón de pubs y tiendas para disfrutar, desde locales mitad pub, mitad ferretería, como Foxy John's, hasta Dingle Bookshop y Tripster, donde puedes encontrar grabados de estilo retro.

En cuanto a la comida, hay de todo, desde cafeterías de moda y restaurantes que sirven el marisco más fresco hasta sabrosas queserías locales.

Pasa la noche en el cercano Campail Teach an Aragail o en Oratory House Camping, que presume de ser «el camping más occidental de Europa».

Si piensas pasar más tiempo en Dingle, prueba la Excursión en barco por la Gran Isla Blasket (sujeta a las condiciones meteorológicas), un viaje de ida y vuelta de seis horas que sale del puerto deportivo de Dingle y te permite hacer una parada y recorrer la Gran Isla Blasket.

La carretera de Slea Head ofrece una gran variedad de lugares de interés histórico, hermosas playas y agradables paradas. Siguiendo la ruta completa de 38 km desde Dingle, se puede dar la vuelta a la península en aproximadamente una hora, pero merece la pena tomarse más tiempo para disfrutarla a un ritmo más pausado. Tu primera parada debe ser en la playa de Ventry, un precioso arenal de unos 3 km de longitud. La puedes recorrer en toda su longitud o simplemente dar un tranquilo paseo, en cualquier caso, no te arrepentirás de haber hecho una parada en esta playa.

Conduce unos 20 minutos por la carretera y encontrarás una de las vistas más magníficas de Irlanda: El muelle de Dunquin. No intentes conducir por la pequeña carretera serpenteante hasta el embarcadero porque acabarás atascado. Sin embargo, puedes aparcar y admirar las vistas, o caminar por la carretera hasta el embarcadero y subirte al ferry que lleva a las islas Blaskets.

Si tienes más tiempo, pásate por Caife Na Tra. Sirve una comida estupenda y unas vistas igualmente magníficas.

Si no tienes tiempo para explorar las Islas Blasket, pero te gustaría saber más sobre ellas, dirígete al Blasket Centre, un museo dedicado a contar la historia de los habitantes de habla irlandesa que vivieron en la Gran Isla Blasket hasta 1953. Muchos de los habitantes se convirtieron en autores, detallando su modo de vida y proporcionando valiosos registros de historia social. Este centro es una forma asombrosa de comprender el modo de vida único que llevaba la comunidad, desde sus enseres domésticos cotidianos, su música y sus canciones hasta la forma en que recolectaban alimentos y luchaban contra los elementos. Conoce sus historias y admira a esta comunidad isleña extraordinariamente tenaz.

En tu última parada del día, dirígete al Oratorio de Gallarus. Es una de las paradas más populares de la carretera de Slea Head y es fácil entender por qué, ya que es uno de los mejores ejemplos de iglesia paleocristiana de Irlanda y se calcula que data de los siglos XI o XII.

La leyenda local dice que si una persona puede salir por la ventana del oratorio, su alma quedará limpia. Sin embargo, como la anchura de la ventana es de solo 12 cm, ¡no te recomendamos que lo intentes!

Después, regresa a Dingle para cenar y tomar un refresco en Land to Sea o Solas Tapas and Wine y después acomódate para pasar la noche en Dick Mack's o Kennedy's, por nombrar solo algunos de los increíbles pubs de Dingle.

Desde Dingle, puedes tomar la N86 hasta el Parque Nacional de Killarney. El parque es excepcionalmente bello y está garantizado que querrás pasar aquí unas cuantas horas. Cascadas, lagos, paisajes forestales que incluyen maravillosos árboles centenarios y poderosas secuoyas, son solo algunas de sus muchas características especiales.

Hay varias rutas de senderismo, como la que va desde la Muckross House, del siglo XIX, hasta la cercana abadía, o paseos cortos por las orillas del lago. También puedes alquilar carruajes o bicicletas por la tarde para completar un circuito por los lagos.

Sigue la N72 en sentido contrario a las agujas del reloj para salir del Parque Nacional de Killarney y llegarás a Killorglin, una pequeña localidad famosa por la Puck Fair que se celebra todos los años en agosto, cuando una cabra es coronada rey. Si estás aquí en agosto, únete a la coronación y celébralo con comida, música en directo y grandes espectáculos.

Sigue la costa suroeste del condado de Kerry por la N70 y llegarás a Cahersiveen. Pide recomendaciones turísticas a los lugareños y recibirás una respuesta diferente de cada uno. Entre las atracciones cercanas se encuentra Staigue Fort, uno de los fuertes más bellos de Irlanda, y Ballycarbery Castle, a los que se puede llegar con facilidad en bicicleta o incluso a pie.

Si tienes más tiempo, quizá te apetezca visitar la isla de Valentia: toma la R565 y cruza el puente sin peaje desde el pintoresco pueblo portuario de Portmagee, luego puedes volver por donde has venido o bien optar por la ruta de cinco minutos delferry con capacidad para transportar vehículos desde Knightstown. En el embarcadero del ferry se puede comprar pescado fresco y langosta para cenar.

Para alojarte, haz una parada en Mannix Point Camping and Caravan Park, que se encuentra a las afueras de Cahersiveen.

En tu viaje por la isla de Valentia, puede que te hayas fijado en las Islas Skellig, al suroeste. Este patrimonio de la Humanidad de la UNESCO puede visitarse en barcos que salen de Portmagee, Ballinskelligs y Caherdaniel. También puedes navegar por la isla y ver de cerca el lugar de rodaje de Star Wars: Episodio VII y VIII.

De hecho, éste es solo uno de los muchos lugares de rodaje de Star Wars que se pueden encontrar a lo largo de la Ruta Costera del Atlántico. Por supuesto, estas excursiones en barco dependen de las condiciones meteorológicas y pueden cancelarse con poca antelación.

Después de Portmagee, la carretera gira hacia el sur y serpentea a lo largo de la maravillosa costa por la estrecha carretera Skellig Ring antes de unirse a la R567 y, finalmente, a la más amplia N70.

Tus próximas paradas consistirán en visitar las pequeñas pero encantadoras ciudades y pueblos que se encuentran en el Anillo de Kerry. En primer lugar está Waterville, donde podrás conocer a Charlie Chaplin o, al menos, a una estatua de bronce suya de tamaño real. Durante las décadas de 1960 y 1970, eligió Waterville como destino de sus vacaciones. Otro lugar interesante es Caherdaniel, cuna de Daniel O'Connell, apodado el «Libertador de Irlanda», ya que luchó por la emancipación católica a mediados del siglo XIX.

Te recomendamos un paseo por la colorida Sneem, donde podrás relajarte o pasar un día de spa en Parknasilla Resort. También está la hermosa y pequeña ciudad de Kenmare, que ha reconvertido sus edificios históricos en magníficos centros culturales, como el Carnagie Arts Centre o el Kenmare Heritage Centre. Dirígete hacia el muelle de Kenmare y podrás ver la península de Beara.

Hacia el final del día, conduce por la N71 hacia Glengariff, en el condado de Cork, e instálate para pasar la noche en el Glengarriff Caravan and Camping Park.

Dondequiera que vayas en Bantry, desde su puerto natural (que es uno de los más profundos del mundo) hasta su plaza mayor, estarás rodeado de belleza. Situado entre Sheep’s Head y la península de Beara, se puede llegar a este precioso pueblo conduciendo por la N71 desde Glengarriff. No obstante, hay que llegar con hambre, ya que Bantry es un lugar excelente para degustar marisco fresco. Dirígete a Fish Kitchen o al O'Connor's Seafood Restaurant y seguro que te irás con el estómago lleno.

No olvides pasarte por Bantry House, del siglo XVII. Las vistas de la bahía de Bantry ya son una razón por sí solas para visitarla, pero la visita a la impresionante casa y los jardines, hogar de la familia Whites desde 1739, merece la pena. Si estás aquí en junio o julio, te espera un acontecimiento especial, ya que se celebra el Festival de Música de Cámara de West Cork.. Verás sopranos, sinfonías deslumbrantes y melodías hechizantes de algunos de los mejores intérpretes clásicos del mundo.

Tu siguiente parada del día es Skibbereen. ¡Continúa por la N71 y no tendrás pérdida! Es una base estupenda para instalarte si quieres quedarte un tiempo en la zona y explorar los alrededores. Un punto especialmente destacado son los numerosos círculos de piedra megalíticos de la zona, incluido el particularmente magnífico Círculo de Piedra de Drombeg, a tan solo 20 minutos de Skibbereen.

Si quieres probar la increíble comida por la que es famosa esta región, haz una excursión a Woodcock Smokery, situada a las afueras de la ciudad, donde Sally Barnes imparte clases magistrales en las que demuestra el arte de ahumar pescado salvaje. ¡Después serás recompensado por tu duro trabajo comiendo el pescado que preparaste con tanto cariño!

Esta ciudad es la estrella gastronómica más destacada de la región. No solo te deslumbrarán los coloridos escaparates, sino que también te parecerá increíble la cantidad de restaurantes estelares que llaman a este lugar su hogar. Estos restaurantes, como muchos de la región, hacen hincapié en el uso de productos locales en todos sus platos, así que espera ingredientes autóctonos de la zona, como pescado, queso y carnes ahumadas. Para los amantes del marisco, recomendamos pasar por Fishy Fishy Café o, para un toque de lujo, por el restaurante Bastion, galardonado con una estrella Michelin.

Los golfistas pueden jugar una partida en el Old Head Golf Links. Pero ten cuidado, el campo está enclavado en los imponentes acantilados del promontorio, así que puede que pierdas algunas pelotas en el océano. Después, da un paseo por las calles más coloridas de Kinsale o acomódate para degustar unas ostras en The Bulman Pub, donde se te recompensará con unas vistas increíbles del puerto de Kinsale.

A continuación, dirígete al Parque de Vacaciones Garrettstown House e instálate para pasar la noche.

Si preguntas a cualquiera en Cork, te dirá que «El condado rebelde» es la verdadera capital de Irlanda. Siempre es un placer explorar la ciudad de Cork, con sus animados cafés, galerías de arte y boutiques independientes. Además, la ciudad se adapta a todos los presupuestos, ya que muchos de sus museos y centros de arte son de entrada gratuita. Haz un recorrido gratuito a pie y conoce mejor la ciudad, o toca las campanas de Shandon en la Catedral de Santa Ana, ¡si te apetece subir los 132 escalones hasta la cima!

Al igual que en West Cork, aquí encontrarás comida para todos los gustos, pero una visita obligada es el Mercado Inglés. Es un lugar fijo de la ciudad desde 1788 y está considerado uno de los mejores mercados de Irlanda, con más de 55 puestos que ofrecen delicias tradicionales y sorprendentes sabores locales.

Puede que sea pequeño, pero la historia de este lugar es enorme. Cobh se encuentra a las afueras de la ciudad de Cork, por lo que es una excelente parada para pasar el día. El puerto de Cobh ha sido testigo de muchas despedidas, ya que antaño fue un puerto de emigración, y a menudo el último puerto de escala para los que navegaban hacia su nueva vida en América. También fue la última parada del Titanic cuando zarpó en su fatídico viaje. El Titanic Experience Cobh es un excelente museo en el puerto, que detalla la trágica historia de la emigración irlandesa, así como la del Titanic.

Los aficionados al whiskey tendrán la tentación de desviarse por la N25 una vez que salgan de la ciudad de Cork para visitar Jameson Midleton Distillery. Prueba algunos de los whiskies más famosos de Irlanda, como Jameson, Redbrest y Powers, y conoce la historia, el patrimonio y la cultura que hay detrás de estas famosas bebidas en una visita guiada a una destilería.

Después, permanece en la N25 y conduce hacia las maravillas costeras de Dungarvan, en el condado de Waterford, donde se encuentra el principio (o el final, ¡según se mire!) del camino de Waterford. Se trata de una preciosa ruta sin coches de 46 km de longitud a lo largo de una antigua línea de ferrocarril, que se extiende desde la ciudad de Waterford hasta Dungarvan. Puedes recorrer la ruta en bicicleta o a pie a tu propio ritmo, admirando el cambiante telón de fondo de montañas, playas de arena, viaductos, puentes y mucho más.

En cuanto al alojamiento, en Dungarvan hay mucho donde elegir: Bayview, Casey's y The Getaway - Eco Camp están a tu disposición.

Desde el condado de Cork, sigue conduciendo hacia el este hasta llegar al Geoparque Mundial de la UNESCO de la costa del Cobre del condado de Waterford, donde te transportarás en un viaje a través de la historia geológica, remontándote unos 460 millones de años atrás. Llamado así por las minas de cobre que se explotaron aquí hasta el siglo XIX, este paisaje cuenta una historia de suma importancia geológica.

Es aquí donde los geólogos y otros expertos pudieron examinar volcanes extinguidos bajo el mar, antiguos desiertos e incluso eras glaciales. Puedes explorarlo todo en las seis rutas de senderismo oficiales, donde conocerás el rico patrimonio y la historia de la zona. O únete a los guías locales en una excursión de dos o tres horas en la que aprenderás lo importante que fue el cobre para esta zona.

Saluda a la ciudad más antigua de Irlanda: Waterford. Este antiguo centro fue fundado por los vikingos en el año 914 y la ciudad lleva su historia en la piel. La Torre de Reginald, situada en lo que se conoce como el Triángulo Vikingo de la ciudad, ha estado en uso ininterrumpido durante más de 800 años y es una excelente manera de descubrir la historia vikinga de la ciudad. También se exponen piezas del siglo XV en el Museo Medieval. También merece la pena visitar el Palacio Episcopal. Esta deslumbrante casa adosada del siglo XVIII repleta de tesoros de las épocas georgiana y victoriana.

Y no te olvides de uno de los lugares más famosos de Waterford, la Casa de Cristal de Waterford, que forma parte del tejido de la ciudad desde 1783. En una visita a la fábrica, podrás ver cómo se moldea el cristal fundido, se sopla y se da forma a las asombrosas piezas que conocemos y amamos.

Pero no todo es historia y patrimonio, esta animada ciudad presume de una gran escena gastronómica y un buen lugar para hacerse una idea de ello es el mercado rural de Waterford cada viernes. Para cenar, el galardonado restaurante Momo Restaurant o Emiliano's ofrecen auténtica comida italiana. Después, acampa en el Parque de Caravanas de Newtown Cove para pasar una noche estupenda.

Justo al otro lado de la frontera del condado de Waterford, se encuentra New Ross. Como muchas otras ciudades del Condado de Wexford, New Ross es todo patrimonio. En tiempos medievales fue una próspera ciudad portuaria y en el siglo XIX se hizo conocida por los «Barcos de la Hambruna», llamados así por el arduo viaje que muchos emigrantes irlandeses realizaban en busca de una vida mejor en América. Muchos pasajeros no sobrevivieron al viaje, ya que las condiciones eran a menudo miserables. Hoy en día, se puede visitar una réplica del Barco de la Hambruna de Dunbrody y comprobar lo difícil que era la vida para muchos de los pasajeros.

A las afueras de la ciudad, encontrarás una humilde casa que oculta sus proporciones presidenciales. Aquí nació el bisabuelo de John F. Kennedy, Patrick Kennedy. The Kennedy Homestead rinde homenaje a la dinastía Kennedy, a los que tuvieron que marcharse para buscar una vida mejor en América y a los que se quedaron. JFK visitó la finca en 1963 y se reunió con algunos de sus primos para tomar el té, calificándolo como «los cuatro mejores días de mi vida». Aún hoy, los descendientes de Kennedy cuidan de la granja.

El recorrido histórico no acaba ahí. Nos dirigimos ahora a una época de monjes y caballeros con una visita al faro en funcionamiento más antiguo del mundo, el faro de Hook. Situado en la península de Hook Head, aquí ha habido una luz encendida desde el siglo V, cuando el monje galés San Dubhán avisaba a los barcos de las traicioneras rocas calizas.

William Marshal construyó aquí una torre en el siglo XIII para guiar a los barcos hasta la cercana New Ross. En el interior, podrás ver más de este asombroso trozo de historia y disfrutar de impresionantes vistas de la península, siempre y cuando te apetezca subir los 115 escalones hasta la cima.

Si sales de Wexford, dirígete a Rosslare por las carreteras R734, R733 y N25, donde una terminal de ferry llevará tu caravana o autocaravana a casa...

¿Te quedas? Entonces retorna a la historia antigua en el Parque del Patrimonio Nacional Irlandés, una réplica fiel de cómo era la vida hace más de 9.000 años en Irlanda. Incluso puedes pasar la noche aquí y experimentar la vida como un vikingo... menos lo del pillaje, claro.

Si tu aventura termina en Dublín, utiliza la M11 para ir hasta el puerto de Dublín con tu caravana o autocaravana. Si no tienes prisa, pásate por el Parque Nacional de las Montañas de Wicklow. Es el mayor de los Parques Nacionales de Irlanda y alberga el hermoso Glendalough, asentamientos monásticos y gloriosas montañas cubiertas de brezo, con más de 10 senderos señalizados para explorar.

Si buscas un paseo más tranquilo, prueba Powerscourt Estate, donde podrás ver los jardines considerados como los terceros mejores del mundo por National Geographic. ¡Una buena manera de terminar tu odisea irlandesa!