Explorar Enniskillen

Situado en una pequeña isla que separa la parte superior e inferior de Lough Erne, el bello entorno ribereño de Enniskillen, repleto de cruceros en verano, lo convierte en la base perfecta para explorar los encantos del condado de Fermanagh.

El pueblo debe su nombre a su designación en el idioma irlandés: Inis Ceithleann (isla de Cethlenn). Cuenta la leyenda local que Cethlenn, una guerrera feroz de la mitología irlandesa, fue alcanzada por una flecha e intentó escapar nadando al otro lado del río Erne. Nunca llegó a la otra orilla, y la isla fue bautizada en su honor.

Una de las cosas más increíbles de Enniskillen es su rica historia. El castillo de Enniskillen fue construido en el siglo XV y ha desempeñado un papel clave en la ciudad desde entonces. El castillo alberga dos museos: el Museo del Condado de Fermanagh explora la vida rural tradicional del condado y la artesanía local; el Museo de Inniskillings abarca la historia militar de la región con una exposición de objetos que se remontan al siglo XVII.

Estira las piernas con un relajado paseo en bicicleta de 5 km hasta el castillo de Coole, en las afueras de la ciudad. La ruta de castillo a castillo es una hermosa forma de admirar el paisaje de Enniskillen, y el castillo de Coole tampoco te defraudará. Un recorrido por la mansión neoclásica del siglo XVIII, que fue el hogar de los condes de Belmore, muestra el esplendor de las estancias familiares frente al carácter funcional y espartano de las dependencias del servicio. Tómate un momento para saborear un té en la pequeña cafetería (actualmente solo abre los fines de semana), curiosea en la librería de segunda mano oculta en los antiguos establos, disfruta de un paseo por el espectacular parque y, a continuación, da media vuelta con tu bicicleta y dirígete de nuevo a Enniskillen.

De regreso en la ciudad, hay mucho que ver, como The Buttermarket, una selección de 16 estudios, galerías, tiendas y cafeterías en pleno corazón de Enniskillen. No te pierdas el Museo del Ferrocarril y Barbería Headhunters, que es seguramente el único lugar donde puedes ver una de las mayores colecciones de objetos relacionados con los ferrocarriles y cortarte el pelo al mismo tiempo.

El condado de Fermanagh es famoso por su belleza natural, así que ninguna visita estaría completa sin un recorrido por los lagos. Lough Erne es el lugar perfecto para la pesca deportiva y los deportes acuáticos. El esquí acuático tradicional o sobre tabla y el remo son algunas de las actividades más populares.

En la parte superior e inferior de Lough Erne hay más de cien islas diseminadas, y la mejor manera de verlas es soltando amarras. La isla de Devenish, en la parte inferior de Lough Erne, tiene uno de los emplazamientos monásticos más espectaculares de Irlanda del Norte, y la torre circular del siglo XII llamará tu atención en cuanto desembarques. La isla White cuenta con las evocadoras ruinas de una iglesia antigua. Los muros están cubiertos de increíbles figuras de piedra, que se cree que tienen más de 1.000 años de antigüedad y se descubrieron ocultas en el interior de las paredes. Y en la isla Boa, las maravillas continúan con unas misteriosas estatuas de piedra de dos caras que se cree que representan a alguna deidad celta desconocida.

Si estás buscando una aventura, visita el Geoparque Global de las cuevas de Marble Arch, donde puedes explorar un sistema subterráneo de ríos, cascadas, pasajes sinuosos y cámaras cavernosas. Cuando salgas de las cuevas, camina hasta el cercano inicio de la ruta de Cuilcagh Legnabrocky, conocida como la “escalera al cielo” por la pasarela de madera que te conduce directamente a la cima de la montaña Cuilcagh. Termina tu viaje en el esplendor de la cercana Florence Court. La mansión georgiana se encuentra entre enormes jardines y bosques, y se enorgullece de ser totalmente sostenible.