De nuevo en casa: el viaje de una familia canadiense a Irlanda

Jim Hagarty y su pareja Síne llegaron a Irlanda para visitar el hogar ancestral de la familia en Conna, condado de Cork. El día de su llegada, el padre de Jim falleció de cáncer. Su padre insistió en que viajara al hogar de sus antepasados, ya que él nunca tuvo la oportunidad de visitarlo. De esta manera comenzaron su viaje por la isla de Irlanda, así como un emotivo homenaje al padre de Jim.

Las raíces de los Hagarty son profundas aquí y se remontan a tiempos de la hambruna, cuando sus antepasados dejaron Irlanda en busca de una vida mejor en Canadá, para no volver nunca. Pero el tío de Jim despertó el interés por buscar los vínculos irlandeses de la familia y descubrió el hogar familiar original en Conna, condado de Cork, seis meses antes de la fecha prevista para su demolición.

Se cree que los antepasados de los Hagarty llegaron aquí desde su Donegal natal para luchar en la batalla de Kinsale en 1601. Algunos fallecieron, y los que sobrevivieron se asentaron en Conna.

Los propietarios actuales decidieron generosamente que la casa permanecería en pie tras conocer a los Hagarty y la conexión existente. Ahora la visitan casi todos los años un sinfín de descendientes que peregrinan desde Canadá.

Tras visitar Conna, Jim, Síne y su padre, Fergus, recorrieron el resto de la isla. Uno de los momentos destacados fue el viaje al condado de Donegal, de donde procedían los Hagarty, y a la península de Inishowen.

Este fue el lugar donde se rodaron partes de «Star Wars: Los últimos Jedi». Jim trabajó en esa película con una empresa de efectos especiales de Canadá. El grupo exploró la zona y se dirigió al Farren’s Bar, en Malin Head, un lugar que visitaron muchos de los actores y el equipo durante el rodaje.

Otro plato fuerte fue la acampada del grupo en la isla de Achill, en el condado de Mayo. Desde las cristalinas aguas de la playa de Keem hasta las inquietantes ruinas del pueblo abandonado de Slievemore, no cabe duda de que esta isla salvaje cautivó sus corazones.

Historias como la de Jim nos recuerdan lo maravilloso que es el foro de nuestra comunidad irlandesa. Es un lugar en el que personas de Irlanda y de todo el mundo pueden compartir sus historias.

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