Grandes y macabros cuentos en el Castillo de Charleville

Desde el momento en que entras por la puerta del Castillo de Charleville, sabes que estás en un lugar especial. A nuestra derecha se alza el famoso árbol Roble Rey, del que se dice que tiene más de 400 años y cuyas ramas se extienden muy por encima del suelo del bosque.

La leyenda cuenta que cuando una rama caía del árbol, un miembro de la familia Bury, los propietarios originales del castillo de Charleville, moría en circunstancias misteriosas. Y es una superstición que se mantuvo durante varias generaciones. Teniendo en cuenta que los druidas practicaron antaño sus extraños rituales en el bosque de robles, no es de extrañar que se produjeran coincidencias tan espeluznantes en el seno de la familia que reclamó la tierra como propia...

Tras un trayecto por la avenida irregular que atraviesa el bosque de robles centenarios, de repente aparece a la vista el Castillo de Charleville. Situada a las afueras de Tullamore, en el condado de Offaly, esta impresionante fortaleza es una vista imponente. Nuestro guía, Michael, nos da una cálida bienvenida, gratamente sorprendido por el grupo de ocho visitantes que encontró esta "joya escondida".

La gran escalera del vestíbulo es razón suficiente para visitarlo, ya que ha resistido el paso del tiempo durante más de 220 años. El castillo de Charleville fue una vez el hogar de Charles William Bury, Earl of Charleville, y esta fortaleza de estilo Gótico del siglo XVIII guarda una historia increíble, que incluye grandes bailes, muertes trágicas y encuentros fantasmales.

Se ha ido restaurando lentamente, gracias a los esfuerzos de voluntarios, junto con los actuales propietarios, la familia Vance. Como es una casa familiar, es mejor reservar con antelación tu visita para asegurarte de que haya guías disponibles.

Está claro que Michael siente pasión por el castillo. En el Salón de Baile, con sus intrincadas yeserías y hermosas chimeneas de mármol, nos deleita con historias de opulentas fiestas: Lord Byron era un visitante frecuente.

Casi puedes ver a las parejas arremolinándose sobre el suelo de roble y oír el vaivén de los vestidos de seda. Es sorprendente que estos elementos originales sigan existiendo, teniendo en cuenta que el castillo estuvo sin tejado durante varios años a finales de la década de los 60.

El renombrado arquitecto Francis Johnston fue el responsable del diseño del castillo de Charleville, así como de la Oficina General de Correos y la Capilla Real en Dublín. Y al examinar la intrincada carpintería y los techos magníficamente esculpidos de cada habitación, es fácil ver por qué un equipo de talentosos artesanos tardó 16 años en terminarla. La Habitación del Tocador de Damas es uno de los puntos culminantes de nuestra visita, ya que Michael explica cómo los pretendientes entusiastas pasaban notas entre los marcos de la puerta a sus novias.

Cuando llegamos a la oscura escalera del ala de la guardería, ahora en ruinas, una señora norteamericana de nuestro grupo pregunta por el fantasma de Harriet, la hija menor del tercer Earl de Charleville. Se trata de una historia bien conocida por los lugareños.

Harriet se dice que murió al caer por la barandilla del segundo piso. Mucha gente afirma haberla oído cantar por el castillo, o haber visto a una niña con tirabuzones dorados. Y aunque Harriet no hizo acto de presencia, ¡el simpático gato negro de la familia decidió escabullirse entre el grupo mientras estábamos aquí!

Desde los monjes fantasmales hasta los espeluznantes golpes en la noche, pasando por las siniestras mazmorras, no es de extrañar que muchos investigadores paranormales y equipos de rodaje hayan acudido al Castillo de Charleville para experimentar por sí mismos sucesos de otro mundo. El recorrido ofrece una introducción fascinante al pasado del Condado de Offaly y mantiene vivas las historias (y los espíritus) de hoy.