Condado de Louth

Pese a su tamaño, este condado alberga algunos de los mayores tesoros históricos del valle de Boyne, leyendas fascinantes y un hermoso tramo de costa. Además, cuenta con las animadas localidades de Carlingford y Drogheda.

El paisaje de la península de Cooley no solo es fabuloso, sino que además rebosa mitología irlandesa. Se dice que Slieve Foy es el lugar de sepultura del legendario héroe Fionn Mac Cumhaill.

La península desempeñó un papel esencial en la leyenda de Táin Bó Cuailgne, que forma parte de la literatura irlandesa del siglo XII (traducida con frecuencia como «El robo de ganado de Cooley») y narra la saga épica de la reina Medbh de Connacht y el guerrero Cú Chulainn.

Puedes contemplar las vistas «legendarias» del condado de Louth a lo largo de Táin Way, una ruta circular de 40 km que se puede iniciar o terminar en Carlingford, Omeath o Ravensdale. Al realizar la ruta, admira las montañas de Mourne, que se encuentran al otro lado de la masa de agua, en el condado de Down, así como la hermosa costa y los encantadores pueblos y aldeas.

Aunque gran parte de la belleza te rodea directamente, ya que la costa de Carlingford está incluida en una Directiva Hábitats europea como zona especialmente protegida para la conservación de la flora y fauna.

Louth cuenta con un litoral impresionante que se extiende a lo largo de los 88 km que van desde Carlingford Lough hasta las playas de Baltray. Y uno de los lugares más destacados de la costa es el animado pueblo de Carlingford, que ofrece de todo, desde piragüismo y paseos en catamarán hasta submarinismo, viajes en ferry y cruceros al atardecer.

Carlingford muestra abiertamente sus influencias medievales y vikingas. El nombre proviene del nórdico antiguo y significa «bahía de la bruja». Por suerte, la zona es mucho más pintoresca de lo que su nombre sugiere.

Pasea por sus pequeñas y estrechas calles hasta Tholsel Street (que lleva el nombre de una cárcel que solía estar aquí), donde avistarás las puertas de la ciudad medieval. También pasarás por The Mint, una casa fortificada construida en el siglo XV o XVI que cuenta con ventanas decoradas con adornos.

Al pasear por el pueblo y la península, te harás una idea de lo mucho que la zona tiene para ofrecer. Pasarás por un centro de aventuras vanguardista, la Carlingford Brewing Company y una tienda de alquiler de bicicletas que te ayudará a ver los lugares de interés. Su próspera escena del marisco honraría a una pequeña ciudad y los restaurantes están a mano para ofrecer una de las famosas ostras de Carlingford.

La siguiente parada es Drogheda, que en su día fue una de las mayores ciudades medievales amuralladas de Irlanda.

Cuenta con varios lugares de interés histórico, como la torre Martello, que data del siglo XIX y se encuentra en el Museo Millmount, la abadía de Mellifont y Monasterboice, cercanos al museo. En Monasterboice, no te pierdas la cruz de Muiredach, con una altura de 5,5 metros y paneles que muestran escenas bíblicas, todo tallado a partir de un solo bloque de piedra arenisca. De vuelta a la ciudad, visita la iglesia de San Pedro, famosa por su santuario erigido en honor a San Oliver Plunkett (1625-81), el último mártir católico que murió en Inglaterra, y cuya pieza central es la cabeza macabramente conservada del santo.

Si tienes una hora libre, recorre el paseo por los acantilados de Clogherhead, que bordea la costa y ofrece vistas fantásticas de las cercanas montañas de Cooley y Mourne. Termina el paseo en la playa de Clogherhead y date un chapuzón refrescante en el mar de Irlanda.

Por último, no te pierdas la escena artística e histórica de Drogheda. Highlanes Gallery es una galería de arte situada en una antigua iglesia y convento franciscano y el Droichead Arts Centre alberga un próspero teatro moderno. Además, en abril se celebra el Festival de Arte de Drogheda y en julio el Festival Musical de Boyne, ¡por lo que no te faltarán cosas que ver y hacer siempre que visites esta ciudad!

¡Bienvenido al pequeño gran condado!