Explora desde Westport, condado de Mayo

Westport tiene mucho más que ofrecer que comida galardonada y recuerdos hechos a mano. Este es el tipo de lugar donde se puede montar a caballo por arenas doradas por la mañana y explorar fincas señoriales del siglo XVIII por la tarde.

En sus calles bullen los productores de alimentos artesanos y los músicos callejeros. Para prepararte para el día, deleítate con un desayuno en This Must Be The Place, que sirve sabrosos platos tradicionales y dulces. Si te apetece dormir hasta tarde el primer día, un lugar estupendo para el brunch es The Creel, que sirve esponjosas tortitas americanas junto con hash de patata y tostadas de aguacate.

Si pasas por aquí un jueves, prueba el auténtico sabor del oeste en el Westport Country Market, donde cada semana se venden mejillones y almejas frescas de las aguas locales.

A poco más de una hora en coche de Westport está la bahía de Keem, en la isla Achill, casi lo más al oeste que se puede ir en Irlanda y se nota. Te sientes realmente alejado del peso del mundo cuando estás de pie en las blancas arenas de la playa de Keem, contemplando las resplandecientes aguas del Atlántico y respirando el aire fresco y salado. No es de extrañar que este lugar protagonizara la exitosa película Almas en pena de Inisherin.

La mejor forma de apreciar este bello y remoto lugar (aparte de sumergirte en él, por supuesto) es desde el agua. Navegar en kayak de mar es una experiencia inolvidable y entre las playas con Bandera Azul, las cuevas solitarias, los acantilados y los amistosos delfines (¡o incluso tiburones peregrinos!).), pronto verás por qué. Si te sientes aún más aventurero, el equipo de Achill Surf también organiza cursos de rappel.

Si tienes más tiempo, desvíate un poco más al norte hasta los Campos de Céide, los restos en los acantilados de un sistema de campos de la Edad de Piedra que data de hace 6 000 años.

El simple hecho de que una gran casa de campo tenga un aspecto distinguido no significa que carezca de relatos de intrigas. Vuelve a Westport después de tu escapada a la isla y dirígete a Westport House. Esta finca de 400 acres fue en su día propiedad privada de los descendientes directos de la infame reina pirata Grace O'Malley, que sembró el escándalo en la Irlanda del siglo XVI.

A menudo llamada la casa más hermosa de Irlanda, Westport House fue construida en la década de 1730 por la bisnieta de Grace y desde entonces ha atraído a admiradores. El recinto es un nirvana para todo tipo de visitantes, con extensos jardines, un centro de aventuras e incluso barcas con forma de cisne que permiten deslizarse por el lago.

Para cenar, dirígete al Sage Restaurant donde degustarás platos abundantes y deliciosos, como los mejillones del fiordo de Killary y la panceta de cerdo irlandesa. O ve a cenar y tomar unas copas a Covey's Gastrobar, un genial local de inspiración italiana de Nueva York. Tu alojamiento para esta noche tiene que ser un bed and breakfast boutique, The Pink Door Westport, que tiene unas vistas fantásticas de Croagh Patrick y la bahía de Clew.

Con una extensión de 42 km desde el pueblo de Westport y atravesando el puente de tierra, hasta la isla de Achill, Great Western Greenway es una ruta a pie y en bicicleta para todos los niveles. ¿No has traído tu bici? No te preocupes, aquí tienes muchas opciones para alquilar bicicletas.

No se trata de un reto de ciclismo de montaña o senderismo. La mejor forma de disfrutar de la ruta es a un ritmo tranquilo, disfrutando de las vistas y saboreando el suave ritmo del viaje a medida que pasas por las bulliciosas localidades de Mulranny y Newport, así como por el desértico pueblo de Slievemore.

Aunque sigue el trazado de la desaparecida línea de ferrocarril de Achill a Westport, Greenway está libre de tráfico, aparte de tus compañeros caminantes y ciclistas. Hay muchas opciones para comer por el camino si necesitas recargar fuerzas. Puedes parar en el simpático café Kelly's Kitchen en Newport, en Nevin's Newfield Inn en Mulranny para disfrutar de una buena comida de pub, o en McLoughlin's Bar al final de tu viaje en la isla Achill para tomarte una bien merecida pinta.

Si tienes más tiempo, visita el castillo de Rockfleet (también conocido como castillo de Carraigahowley), una casa torre fortificada del siglo XVI donde Grace O'Malley vivió y supuestamente murió.

Si el ciclismo no es lo tuyo, a solo 9 km a las afueras de la ciudad de Westport se encuentra el lugar que es, para muchos, la cumbre de los lugares de peregrinación irlandeses. Se dice que la montaña sagrada de Croagh Patrick, que lleva el nombre del santo patrón más famoso de Irlanda, es el lugar donde el propio hombre subió a una altura de 764 m para ayunar y rezar durante 40 días y 40 noches, allá por el siglo V.

Cada año, miles de personas suben a la pequeña capilla de la cima (muchos descalzos) en recuerdo del legendario viaje de San Patricio. Desde la cumbre, en un día despejado, las vistas de Westport, la bahía de Clew y el Atlántico te acelerarán el pulso, ¡si la subida no lo ha hecho!

Si tienes más tiempo, haz una excursión en barco a Clare Island, la mayor de las numerosas islas de la bahía de Clew, donde podrás disfrutar de todo tipo de actividades, desde senderismo y ciclismo hasta retiros de yoga y pesca con caña.

Cuando recorres el oeste, siempre corres el riesgo de encontrarte atrapado, en algún momento, en un atasco provocado por un rebaño de ovejas. Y si te diriges a Glen Keen Farm, a solo 20 minutos en coche de Croagh Patrick, es prácticamente una certeza. Situada en una Zona Especial de Conservación y con mucho ganado, asnos, pollos y faisanes en su propiedad, Glen Keen también es una de las mayores granjas de ovejas de Irlanda.

En tu visita, te sorprenderá el compromiso con la tradición de esta granja en funcionamiento. Puedes probar a cortar césped, pastorear ovejas e incluso hilar lana, mientras que el recorrido a pie Pre-Irish Famine explora las viviendas tradicionales irlandesas, las ruinas de la Edad de Bronce y los antiguos cementerios situados en las tierras de labranza.

Si tienes más tiempo, sigue la serpenteante carretera que atraviesa el valle de Doolough y abraza los bordes de Doo Lough para contemplar la belleza descarnada de las colinas Sheeffry y la montaña Mweelrea, que se alzan a ambos lados.

Para cenar, vuelve a Westport. Esta noche, ¿por qué no pruebas The Gallery Wine and Tapas Bar? este lugar ofrece increíbles tablas de comida tradicional irlandesa, así como una fantástica selección de platos de tapas para disfrutar con amigos. Para tomar algo, dirígete a McGing's o a Matt Molloy's, donde encontrarás buen ambiente, buena Guinness y buena música tradicional.

Killary Harbour se extiende 16 km desde el océano Atlántico hasta los pies de las cataratas Aasleagh, es una rareza en Irlanda, ¡un auténtico fiordo! Innumerables especies raras y autóctonas llaman a este lugar su hogar, desde chorlitejos anillados, cisnes vulgares, porrones moñudos y barnaclas cariblancas, hasta nutrias, salmones e incluso delfines.

Los cruceros por el puerto son una forma popular y relajante de ver una fauna simpática. Si prefieres quedarte en tierra firme, sube por el extremo noreste del puerto hasta Uggool. Conocido como el valle perdido, los visitantes pueden ver el fantasmagórico pueblo del hambre en ruinas que ha permanecido aquí, imperturbable, durante más de 150 años.

¿Te apetece descansar y relajarte? Despreocúpate mientras refrescas tu piel en un baño de algas marinas en Leenane Hotel.

A solo media hora en coche, en el condado de Galway, uno de los mayores testamentos del amor se alza con majestuosa elegancia junto a Pollacapall Lough, tan perfecto hoy como cuando se erigió en 1871.

La abadía de Kylemore fue construida por Mitchell Henry para su esposa, Margaret, después de que pasaran su luna de miel en la zona en la década de 1840. Por desgracia, solo tres años después de terminar el castillo, Margarita murió.

Mitchell, desconsolado, la enterró en un mausoleo situado en este recinto. La abadía de Kylemore se convirtió más tarde en un convento benedictino y luego en una escuela, pero Margaret nunca fue olvidada y este hermoso monumento ha sido considerado durante mucho tiempo la carta de amor más espectacular de Irlanda.

A solo cinco minutos por carretera se encuentra el Parque Nacional de Connemara: 2 000 hectáreas de turberas, bosques y brezales se funden en una perfecta sinfonía de la naturaleza, que puede recorrerse por cualquiera de las cuatro rutas de senderismo del parque. Aunque el paisaje parece inalterado, en realidad la gente ha vivido aquí durante miles de años, con tumbas megalíticas que datan de hace cuatro milenios, lo que demuestra que los visitantes de hoy no son los primeros en quedar cautivados por la belleza de Connemara.

El corazón de Irlanda resuena a lo largo de Connemara. Además del paisaje virgen, ésta es una de las pocas zonas de habla irlandesa de la isla, o «Gaeltachtaí»-, donde los lugareños conservan con orgullo la lengua autóctona.