Belfast: Seis paseos por la ciudad

Con el elegante castillo de Belfast en la cima, el Parque natural de Cave Hill se ve desde casi toda la ciudad. Y si las vistas te resultan familiares, podría ser porque se dice que el saliente rocoso conocido como “Nariz de Napoleón” inspiró a Jonathan Swift para crear el gigante de “Los viajes de Gulliver”. Además de ver gigantes, también puedes seguir los pasos de nuestros antepasados. El parque está salpicado de restos de las edades de Hierro y Bronce. No te pierdas McArt’s Fort, ¡un antiguo y espectacular fuerte de piedra!

Con su piedra oscura de basalto (Divis significa cumbre negra), el sendero del páramo de Divis destaca por sus vistas de Belfast, las montañas de Mourne y, en un día despejado, de Escocia. En otoño, es una magnífica alfombra de flores púrpuras, pero todo el año encontrarás algo especial, como orquídeas, musgo y hongos. Observa el lagópodo escocés, los culiblancos, las alondras e incluso los halcones peregrinos. Si llegas a la cima (con sus impresionantes 389 metros) verás el pilar trigonométrico, erigido en 1825 para ayudar a trazar el mapa de Irlanda.

Recorrer el camino de sirga Lagan es una experiencia maravillosamente tranquila, sobre todo si recuerdas que serpentea por el bullicio urbano de Belfast hasta Lisburn. Construido sobre humedales, bosques y praderas, el canal se pagó originalmente con un impuesto que gravaba el alcohol que se vendía en las zonas por las que discurría el canal (las obras comenzaron en 1756). Aquí encontrarás cisnes vulgares, somorgujos menores, patos, pollas de agua y otras especies. Explora el cercano parque de Barnett Demesne y visita lugares perfectos para reflexionar tranquilamente, como Shaw’s Bridge y Malone House, con su galería de arte y esculturas al aire libre.

Paisajes y arquitectura monumental son las grandes consignas al pasear por Stormont Estate. Tras las primeras impresiones, las vistas de la avenida del Príncipe de Gales, con su doble fila de árboles limeros de ramas rojas, son impresionantes. Además de los jardines formales, hay hermosas rutas en el bosque entre praderas y árboles autóctonos, pero no te pierdas el recorrido por el edificio del Parlamento de Stormont. Este edificio de piedra de Pórtland tiene una historia fascinante, como el intento de ocultarlo durante la Segunda Guerra Mundial rociándolo con alquitrán y estiércol de vaca, que no resultaron tan sencillos de quitar como se suponía, por lo que hoy en día el edificio aún tiene secuelas.

Recorre el Jardín Botánico de Belfast, un símbolo victoriano que se creó en 1828, y podrás ver algunas de las plantas más exóticas y fascinantes de Irlanda. No te pierdas Palm House, uno de los primeros ejemplos de invernadero construido con hierro curvado y cristal, que alberga una selección de plantas tropicales, primorosas exposiciones de temporada y coloridas aves del paraíso. Otro plato fuerte es Tropical Ravine, donde el dulce aroma de las plantas tropicales como la banana, la canela y la orquídea perfuma el aire. El Jardín es un lugar popular entre habitantes y estudiantes, y también un conocido recinto para eventos y conciertos.

El Parque forestal de Colin Glen es un oasis verde y tranquilo situado justo a las afueras de la animada Belfast, aunque también está repleto de actividades para familias. En el pasado, el río que lo atraviesa era vital para la próspera industria del lino de la ciudad, pero la zona cayó en el olvido y se convirtió en un vertedero. Desde entonces, un decidido ejército de voluntarios ha revitalizado el parque, que ahora cuenta con 60.000 árboles, senderos y puentes. En este parque con cinco kilómetros de rutas podrás elegir entre muchas actividades: un parque deportivo con la tirolina más larga de la isla de Irlanda, golf, tiro con arco, un paseo guiado basado en “El Grúfalo” y mucho más.