Delicias culinarias

Una visita a Aimsir, en el condado de Kildare, es el epítome del lujo. Dirigido por el matrimonio formado por Jordan Bailey y Majken Bech-Bailey, Aimsir ha sido galardonado con dos Estrellas Michelin por sus deliciosas creaciones. Deléitese con un menú sostenible elaborado por algunos de los mejores productores de la isla.

En la tranquila y pintoresca localidad de Clonegal, en el condado de Carlow, probablemente no esperarías encontrar un peso pesado culinario, pero el Sha-Roe Bistro demuestra una vez más que las grandes sorpresas vienen en paquete pequeño, con un ambiente perfecto y una comida deliciosa. ¿Nuestra recomendación? Las vieiras a la plancha y el rape con crema de langostinos.

Irrepetible

Visita The Tannery en Dungarvan, en el condado de Waterford. Una combinación de restaurante y escuela de cocina, la sencillez de la zona no deja presagiar la explosión de sabor que el chef Paul Flynn sirve con cada bocado. El marisco es espectacular en este restaurante costero; prueba las ostras de Harty con chorizo de Gubbeen, abre un cangrejo con créme brûlée e híncale el diente al bacalao carbonizado con hinojo marino. Divino. Antes de dejar esta esquina del Ancestral Este de Irlanda, dirígete al bar Henry Downes en la ciudad de Waterford. Fundado en 1759, tiene todas las señas de identidad de un gran pub irlandés y embotellan su propio whisky. Pasar por la zona sin probar el Henry Downes’ N.º 9 es prácticamente un delito.

Sage, que se encuentra en Midleton, en el condado de Cork, opta por productos de la zona que ofrecen como resultado un menú en constante cambio que solo se puede describir como delicioso. Imagina mojar patatas fritas y ternera rebozada en alioli fresco de cebolla verde, cortar una yema de huevo de color naranja intenso sobre tu morcilla favorita, y la dulce cremosidad de un chocolate blanco y tarta de queso de cabra, ¡qué gozada!

Completa tu viaje en Scholar’s Townhouse en el condado de Louth, donde técnicas sencillas aportan los mejores sabores a la producción local; en el menú se incluyen vieiras del Atlántico, ternera irlandesa de Hereford y quesos irlandeses servidos con miel dulce del valle de Boyne. Los alrededores suntuosos se reflejan en la comida, con paneles de roble, arte local y, si miras hacia arriba durante la cena, frescos pintados a mano en el techo que narran la batalla de Boyne.