Fachadas parlantes

Las fachadas de Belfast se llevan utilizando desde hace mucho tiempo como lienzo en el que pintar la historia de la ciudad, una historia a la que el término «accidentada» apenas hace justicia.

Y no se trata solo de Belfast. Viaja por Irlanda del Norte y descubrirás muchas localidades con murales en sus fachadas. La mayoría transmiten mensajes políticos.

Uno de los más famosos es «You Are Now Entering Free Derry» (estás entrando en Derry libre), que el adolescente Liam Hillen pintó en 1969 en el extremo de un frontón. Posteriormente se convirtió en un símbolo de la resistencia y los derechos civiles.

Pero los murales que adornan fachadas y extremos de frontones a ambos lados de la división política de Belfast son más obras de arte de buena fe que símbolos. Están bien documentados y abarcan desde retratos de Guillermo de Orange y el presidente John F. Kennedy hasta representaciones de la historia irlandesa que van desde la Gran Hambruna hasta la participación de varios regimientos del Úlster en dos guerras mundiales.

Durante más de cien años sus obras de arte han transmitido mensajes políticos, a veces viscerales. Hoy en día se ven acompañadas de imágenes menos incendiarias: C. S. Lewis (autor de Narnia), el futbolista George Best e incluso la princesa Diana te observan desde las fachadas de la ciudad.

Pero hay otro elemento del arte callejero de Belfast, uno que sigue desarrollándose. Se trata de una forma de arte que tiene sus raíces en el Brooklyn de la década de 1970 y que se ha arraigado paulatinamente en Belfast.

Según explica Adam Turkington, de Seedhead Arts (en Belfast): «Si pasas tiempo en la ciudad descubrirás que sus fachadas están cubiertas de arte. A menudo, este tipo de cosas se han utilizado para marcar el territorio de uno u otro bando (desde el punto de vista político, o incluso tribal), pero recientemente esto ha producido un efecto transformador.

Varios artistas callejeros internacionales se han unido a una nueva camada de artistas callejeros de Belfast para dejar su impronta en la ciudad. Esto ocurre principalmente en el barrio de la Catedral. Ahí está el epicentro».

Esta zona del centro de Belfast es un estrecho laberinto de calles adoquinadas y almacenes que rodean la catedral de Santa Ana y que básicamente conducen al río Lagan. Un paseo por este barrio te recompensará con un arte callejero moderno que se presenta casi desafiando a los antiguos murales políticos, y con un marcado contraste respecto a estos.

Justo enfrente de la catedral, en Talbot Street, hay una imagen asombrosa de un hombre con una paloma que ha sido atravesada por dos flechas. Es obra del artista MTO y se llama «The Son of Protagoras». Protágoras fue un filósofo griego que creía que no existe la verdad objetiva. ¡Este tipo de pensamiento imaginativo le habría ayudado a encajar en Belfast!

Esta obra se ha hecho famosa y es respetada. Se trata de una imagen llamativa e increíble que atrae la atención. De hecho, si paseas por esta zona, pronto te darás cuenta de que el arte de las fachadas rivaliza con cualquier obra de una galería internacional. La calidad es extraordinaria, los sujetos visionarios y los mensajes a veces son surrealistas, y otras veces simplemente divertidos.

Este movimiento de arte callejero ha crecido y se ha expandido desde el conflicto norirlandés, y no se caracteriza por lo que podríamos denominar «afiliaciones tribales».

«Aquí existe una enorme tradición de lo que llamo “tercera cultura”», comenta Adam Turkington. Esta cultura no es ni protestante ni católica, ni lealista ni nacionalista.

«Ha surgido de un movimiento que también abarca varias subculturas alternativas. A lo largo de las décadas en Belfast, siempre ha habido una gran tradición punk junto a una cultura de música rave y hiphop. También ha habido una gran tradición de break dance, así como una tradición duradera de grafiti.

«El mural “Teenage Dreams”, en el este de Belfast, se convirtió en un famoso icono, o un homenaje si lo prefieres, de la era punk. Se basa en la canción de Undertones y, aunque fue borrado de su fachada, luego se restauró», afirma Adam.

En el barrio de la Catedral, frente al pub John Hewitt de Donegall Street, una imagen detallada de una bicicleta aparcada lleva el mensaje: «Every turn of the wheel is a revolution» (cada giro de la rueda es una revolución). De KVLR, o Kev Largey, lleva allí 20 años.

La escena del arte callejero está entrelazada con la cultura musical, el movimiento literario y la cultura de la danza de Belfast. Según Adam Turkington, se ha desarrollado una nueva concepción de los espacios públicos, consistente en la creencia de que pertenecen a todos, y no solo a una sección u otra de la comunidad.

«En el siglo XX, en Irlanda del Norte surgió una generación de artistas que incluía desde Seamus Heaney hasta la banda Ash (de Downpatrick), pasando por Teri Hooley y Stiff Little Fingers. No se definieron a sí mismos en términos religiosos ni políticos, sino principalmente como seres humanos. Se trata de un pensamiento con el que intentamos progresar», afirma Adam. Lo denomina «cosas de la tercera cultura»; la gente que desea apartarse de las certezas binarias del patrimonio «tribal».

«Incluso en los momentos más oscuros de Belfast, muchos intentaron adoptar una visión global, y lo consiguieron. Lo hicieron. Pero, por supuesto, decir que no perteneces a ninguna sección de la comunidad puede ser arriesgado.

Por aquel entonces, afirmar que pertenecías a una subcultura que existía más allá de las antiguas divisiones, así como que no pertenecías a ellas, era algo peligroso. Ahora es menos peligroso y la escena ha crecido con la propagación de esta “tercera comunidad”».

En la actualidad, Adam Turkington dirige los recorridos de Seedhead Street Art, visitas guiadas que se realizan todos los domingos a mediodía.

El recorrido a pie para contemplar el arte callejero tiene una duración de dos horas. Ha sido diseñado por artistas locales, que además lo dirigen para contar la historia oculta de la escena en constante evolución del arte callejero contemporáneo de Belfast: los estilos, el mensaje que se transmite en los diversos murales y quién sabe qué otras cosas podrás encontrar en el significado del arte.

Es el tipo de cosas que te pueden pasar en Belfast.