Conoce a los cuidadores de la isla Great Blasket

Una isla única y un trabajo de ensueño

La Gran Blasket es la mayor de las islas Blasket y se encuentra frente a la costa del condado de Kerry, en el suroeste de Irlanda. El último de sus habitantes se mudó a tierra firme en 1953 y, desde entonces, en la isla ha vuelto a reinar la naturaleza. Alberga burros, ovejas y su propia colonia de focas. Además, frente a su costa se suelen avistar delfines, tiburones peregrinos y ballenas. Y es un lugar popular entre los visitantes que vienen a admirar la espectacular belleza de sus acantilados y calas, e imaginar cómo habría sido la vida aquí.

Claire de Haas, de Alkmaar (Países Bajos), y Brock Montgomery, de Moose Jaw (Canadá), saben lo que es vivir en Great Blasket. Esta pareja aceptó un desafío increíble en 2022 que consistía en dirigir cuatro casas de vacaciones y una cafetería en la isla Great Blasket durante seis meses.

¡Lee el extraordinario relato de Claire sobre su experiencia!

¿Cómo fue la vida en esta isla remota?

Básicamente, no fue muy diferente de lo que habíamos imaginado. Nos prepararon para vivir aislados, con mucho espacio, naturaleza salvaje y multitudes durante los meses de verano.

Por supuesto, ¡durante las primeras semanas de abril necesitamos acostumbrarnos! Por aquel entonces aún hacía mucho frío, y el cielo tenía un tono oscuro y gris. Nos acostumbramos pronto y, finalmente, no nos parecía extraño que solo tuviéramos luz gracias a unas velas. También nos acostumbramos a la idea de no poder hacer la compra.

¿Qué es lo que más disfrutasteis de la vida isleña?

Lo tengo muy claro, ¡el sonido de las focas! Hacen más ruido a primera hora de la mañana y al atardecer, y me encantó conciliar el sueño con ese sonido. A veces hay hasta 800 focas en la colonia y, en septiembre, se quedan en la playa para cuidar de sus crías. Fue algo increíblemente hermoso de ver.

Decidimos cuidar de tres corderos durante nuestra estancia y eso nos mantuvo bastante ocupados. Crecí en la ciudad, por lo que fue muy divertido aprender a tener un contacto estrecho con la naturaleza y los animales.

Dirigíamos cuatro casas de campo en la isla para huéspedes que venían a pasar la noche. Ambos disfrutamos mucho siendo los anfitriones y haciendo que todos se sintieran cómodos. La gente que conocimos y los contactos que hicimos allí fueron muy importantes para nosotros. Además, guardamos muy gratos recuerdos de las veladas alrededor de una hoguera, bajo un cielo estrellado y completamente oscuro, y con los huéspedes cantando melodías irlandesas.

¿Qué fue lo más difícil de la vida isleña?

Cuando llegó una tormenta que duró más de lo esperado. En caso de tormenta, no hay recorridos en barco ni servicios de ferry porque las embarcaciones no pueden atracar, lo que significa que estábamos solos en la isla. Disfrutamos de la experiencia, ¡pero después de unos días también fue agradable poder hablar con otras personas cara a cara!

Otra cosa a la que nos costó acostumbrarnos al principio era que no había ningún lugar adonde ir para distraernos. Se trata de uno mismo y la isla, nada más, y a veces esto puede resultar difícil. Te enfrentas a ti mismo y llegas a conocerte bien.

A menudo me preguntan qué es lo que más echaba de menos… ¡los árboles! En la isla no hay árboles y los echaba mucho de menos, ¡sobre todo su olor!

¿Cuál es vuestro lugar favorito en la isla?

Mi lugar favorito es el punto más occidental de la isla, donde sientes como si estuvieras en el extremo del mundo porque no puedes ver la tierra firme. También me encanta la vista de Inishtooskert al atardecer.

Y, por supuesto, la playa frente a nuestra casa de campo es uno de mis lugares favoritos. Un chapuzón en sus aguas saladas y transparentes en un caluroso día de verano es una gozada. Incluso durante una tormenta, sentarse en esa playa admirando el abrupto océano Atlántico es una experiencia muy especial.

¿Qué deben hacer los turistas cuando visitan la isla?

Durante los meses de verano, hay visitas guiadas casi todos los días que explican la historia de la isla. ¡Siempre las recomiendo! Ofrecen una mejor perspectiva de las condiciones que los isleños solían soportar. Además, explican en profundidad las experiencias de muchos escritores famosos (como Peig Sayers y Tomás Ó Criomhthain) originarios de las islas Blasket.

También pueden realizar dos rutas impresionantes que cuentan con vistas hermosas a lo largo del camino. Todos los senderos de la isla son de hierba, ¡así que casi siempre camino descalza!

¿Una excursión de un día o una estancia de una noche? ¿Qué recomendáis?

Sin lugar a dudas, recomendamos una visita de un día, pero merece la pena pasar la noche en caso de tener la oportunidad. Habrá más tiempo para explorarlo todo, ¡y hay tanto que ver y descubrir! El amanecer y el atardecer son tan mágicos que justifican la estancia.

¿Cómo os llevasteis con la gente?

Conocer a los huéspedes fue tremendamente divertido. Tuvimos muchos huéspedes extranjeros durante los meses de verano, sobre todo americanos y europeos. Pero, en general, aquí se alojan huéspedes irlandeses.

La mayoría de los visitantes vinieron con la idea de escaparse de la vida cotidiana. Algunos huéspedes también decidieron no utilizar sus teléfonos durante su estancia para estar aún más aislados, y les encantó tomarse un descanso de las redes sociales. Además, los huéspedes siempre mostraban mucha curiosidad por nuestras experiencias y querían saberlo todo sobre nuestras historias de viajes.

¿Qué es lo que más sorprendió a la gente de vuestra vida isleña?

A quienes nunca han visitado la isla les cuesta entender que aquí no hay nada más que casas de vacaciones y algunas ruinas muy antiguas. Aquí no hay supermercados, restaurantes ni tiendas.

El propietario de las casas de campo nos traía un suministro de alimentos una o dos veces a la semana y también nos hacía la colada, ya que no teníamos electricidad ni agua corriente. Cargamos nuestros teléfonos y portátiles gracias a un panel solar y un pequeño molino de viento.

Pero lo que más les sorprendió es que decidimos no abandonar la isla hasta que expirara nuestro contrato (el 1 de octubre). Muchos pensaron que era una locura, ¡y claro que lo era!

Me decían que no podrían quedarse en la isla y que echarían demasiado de menos el mundo exterior. Lo entiendo, pero también creo que no necesitamos tanto para llevar una vida feliz. Después de todo, ¿qué son seis meses en toda una vida?

¿Quién es ese perro tan mono de las fotos?

¡Es nuestro buen amigo Lenny! Lo recogimos en un refugio de Listowel, en el condado de Kerry, unos días antes de trasladarnos a la isla, y ahora ya casi tiene un año. Es un encanto y allí se lo pasó pipa.

Ahora está con una familia irlandesa que conocimos en la isla. Es una pena pero, como siempre estamos de viaje, no pudimos quedárnoslo. Fue una elección difícil, pero la familia que lo ha acogido es estupenda y tienen tres hijos pequeños.

¿Algún consejo para los próximos cuidadores de la isla?

Que disfruten de cada momento en la isla, porque el tiempo vuela y antes de que se den cuenta estarán en el barco de vuelta a tierra firme. Les aconsejo vivir el momento, incluso los días fríos y grises. En la isla no hay dos días iguales y las condiciones meteorológicas pueden cambiar por completo en relativamente poco tiempo, ¡por lo que cada caminata es única!

También les recomiendo llevar un pequeño diario de sus aventuras. Parece un cliché, pero se trata de una experiencia tan única que es imposible recordar todos los pequeños momentos especiales. Escribí algunas palabras de vez en cuando, lo suficiente para captar un recuerdo en particular.

¿Quieres saber más?

¿Te imaginas viviendo en la isla? Echa un vistazo al proceso de solicitud de los administradores de la isla Great Blasket.

Si quieres ver qué hicieron Claire y Brock a continuación, sígueles en Instagram: @clairedehaas y @brockmontgomeryy.

Y si deseas visitar la isla, hay un servicio de ferry diario (si las condiciones meteorológicas lo permiten) desde abril hasta septiembre que zarpa de la península de Dingle. El trayecto dura unos 50 minutos.