Alquileres vacacionales de lujo en la isla de Irlanda

¿Alguna vez has soñado con pasar tiempo junto al océano o en pleno corazón de la campiña irlandesa en un entorno verdaderamente único y exclusivo? Hemos seleccionado cinco de las propiedades de alquiler más excepcionales de Irlanda, donde puedes relajarte en calma o volver a conectar en un refugio romántico. Con toda una propiedad patrimonial a tu disposición, también puedes reunir a amigos y familiares en cualquiera de estos extraordinarios lugares para celebrar una ocasión especial. Tú decides. Desde castillos medievales con un equipo a tu disposición para satisfacer todos tus deseos, hasta experiencias de la granja a la mesa en la magnífica región de los lagos de Irlanda, estas propiedades te garantizarán una estancia memorable y te harán soñar con tu próxima escapada a Irlanda.

Enclavada en la zona sur de la Ruta Costera del Atlántico de Irlanda, Dunowen House es una granja aislada del siglo XVIII que se puede alquilar en exclusiva para reuniones en grupo o como retiro de las exigencias de la vida cotidiana. El único huésped que te acompañará es la brisa oceánica que lleva el aroma de pino a través de una pradera hasta esta robusta residencia del condado de Cork, que es miembro de Ireland’s Blue Book.

Las paredes de doble piedra de Dunowen tienen muchas historias que contar. El antiguo propietario, Noel Redding, bajista de la Jimi Hendrix Experience, aportó el sabor del rock and roll de los años 70. Se trata de un capítulo de la historia de la casa que ha sido seleccionado por los propietarios actuales, Kela y Stephen Hodgins, que han añadido discretas obras de arte inspiradas en la época, entretejidas con el elegante mobiliario de su propiedad, cuidadosamente restaurada.

Dunowen House es un refugio elegante, repleto de gruesas vigas de madera, chimeneas, baños de piedra ornamentados y robustas ventanas de guillotina que atraen el aire fresco del mar a sus seis espaciosos dormitorios y, como explica Kela, ese es el pilar de su propiedad desde el principio.

«Nos encanta compartir con los huéspedes nuestros conocimientos locales sobre los tesoros de la costa, desde playas secretas y zonas para bañarse hasta lugares donde avistarás ballenas, delfines y tiburones peregrinos. ¡También podemos compartir nuestros lugares favoritos para disfrutar de sándwiches de cangrejo y pintas!»

Para disfrutar al máximo de una ocasión especial, el alquiler en exclusiva de una propiedad patrimonial como Newforge es el billete a una experiencia verdaderamente memorable. Escondida en la rica campiña del condado de Armagh, esta granja georgiana perfectamente simétrica, miembro de Ireland’s Blue Book, está rodeada de tierras fértiles y abundantes cosechas.

La propiedad y sus terrenos se remontan a 1785 y la familia Mathers los ha cultivado y mantenido durante seis generaciones, por lo que saben muy bien cómo ayudar a los huéspedes a aprovechar al máximo su tiempo mientras se encuentran en la zona.

Seis habitaciones decoradas individualmente ofrecen vistas al huerto o a los páramos y praderas circundantes. Están amuebladas con un marcado acento de patrimonio y calidad, con tonos apagados y una elegante colección de antigüedades que se han transmitido a lo largo de los siglos.

Para los sibaritas, la comida de Newforge será uno de los platos fuertes. Es de origen local y procede de los huertos y jardines de la granja y el propietario, John Mathers, prepara un menú fresco de temporada todos los días. Para quienes se despiertan con apetito, el desayuno es legendario.

John se enorgullece de sus esfuerzos por ofrecer un modelo de turismo sostenible en Newforge. «Contamos con nuestra propia huerta de verduras, un jardín de frutos rojos, un huerto y un politúnel. En el huerto tenemos gallinas, lo que nos proporciona un suministro de huevos para preparar desayunos y repostería durante todo el año». Además, conoce a fondo la localidad y estará encantado de compartir sus conocimientos con los huéspedes.

El castillo de Tubbrid se eleva sobre el exuberante paisaje del condado de Kilkenny, en las tranquilas colinas de Slieveardagh, en pleno corazón del Ancestral Este de Irlanda. En el pasado, fue el refugio perfecto para la noble del siglo XV Margaret Fitzgerald, que solía dormir en las partes más altas de la torre para refugiarse de los saqueadores. Hay 64 escalones de piedra caliza hasta las almenas y, si eso no es suficiente para dejarte sin aliento, las imponentes vistas de colinas y valles de los tres condados circundantes te dejarán boquiabierto.

Pero el castillo de Tubbird tiene algo más que ofrecer que vistas panorámicas, como señala su propietario John Campion, que dirige la propiedad con su madre, Helen. «Los visitantes tienen el uso exclusivo de todo el castillo y se alojan en tres dormitorios, cada uno de ellos con el nombre de una importante figura de la historia del castillo, como un rey del Úlster y mi padre, John Campion sénior, que fue el primero en concebir el proyecto de renovación».

Una cocina totalmente equipada permite a los huéspedes cocinar hasta la saciedad y luego pueden darse un festín en la mesa de banquetes de roble del Gran Salón, dormir en una cama con dosel bajo un techo abovedado o relajarse en una profunda bañera con vistas a las colinas de Slieveardagh. Si hace frío, los huéspedes pueden descansar frente a una estufa de leña cuya chimenea original restaurada data de 1596, o tomar un café por la mañana en un asiento junto a las ventanas con vistas a los campos y los bosques.

Forjado por el fuego y el azufre, a través de casi un milenio de turbulenta historia, el ilustre pasado del castillo de Lismore solo se ve eclipsado por su magnífica arquitectura. Sus robustos y gruesos muros de piedra, en su día marcados por la guerra cromwelliana, soportan un inmenso techo con torretas que domina el paisaje urbano desde un saliente escarpado junto al río Blackwater, en el condado de Waterford. Por la noche, cuando está iluminado, parece que el castillo casi flota sobre su ubicación a los pies de las montañas de Knockmealdown, justo en los límites del bonito pueblo de Lismore.

El interior está repleto de esplendor gótico, alrededor de un patio, con quince dormitorios y catorce baños que pueden alojar hasta 30 huéspedes. Hoy en día, el castillo es propiedad del Duque de Devonshire, que ofrece una experiencia completa en el castillo que incluye las atenciones de su equipo personal, con décadas de práctica en el arte del buen servicio. Al frente está Denis Nevin, el mayordomo jefe que se encarga de que la experiencia y el servicio se extiendan por todo el castillo: hasta su gran salón, junto a las chimeneas, cuando tomas el té de la tarde en la sala de estar o lees un libro en el propio estudio del Duque.

Si quieres darte el mayor de los caprichos, organiza un banquete en el Pugin Hall, que es el mejor telón de fondo victoriano, con un servicio formal completo y la presencia de Denis para asegurarse de que todo vaya a la perfección. También es el experto residente tanto en la historia del castillo como en la zona; un conserje informal que puede asesorarte sobre actividades y organizar cada día a tu gusto, así como entretenerte a ti y a tus invitados con historias del pasado del pueblo de Lismore.

Situado en pleno corazón de la región de los lagos del condado de Fermanagh, a orillas de Lough Erne, el castillo de Crom es una impresionante mansión señorial que parece sacada directamente de un cuento de hadas. El ala oeste puede alquilarse en exclusiva y ofrece una impresionante colección de habitaciones que pueden alojar hasta doce personas.

Los propietarios, la familia Crichton, Condes de Erne, han vivido en la finca durante varias generaciones. Desde entonces han conformado la columna vertebral de la comunidad local. John y Harriet Crichton, los actuales condes de Erne, cuentan con un equipo que te garantizará la auténtica hospitalidad irlandesa.

Un talentoso equipo de chefs elabora obras maestras comestibles, desde pícnics hasta extravagantes cenas de gala. Los ingredientes del desayuno irlandés completo servido en el conservatorio victoriano del castillo proceden de proveedores artesanales de la zona. Por la noche, puede que te encuentres con Lord Erne, que estará encantado de relatarte la historia del castillo o de tocar una melodía en el piano de cola.

Más allá del castillo, puedes explorar una asombrosa extensión de 770 hectáreas en la finca, y siempre hay alguien a mano con un cálido acento de Fermanagh para guiarte por sus lugares más destacados, como los jardines formales o el exquisito cobertizo para botes de estilo Tudor en un embarcadero junto al lago. Los bosques están repletos de ciervos, martas, ardillas, especies raras de mariposas y puntos de interés locales, como los tejos más antiguos de Irlanda del Norte. En las cercanías, Enniskillen cuenta con una magnífica colección de pubs evocadores, como Blakes of the Hollow, donde parece que el tiempo se ha detenido durante siglos.