Visita el lago y la cascada de Glencar

La cascada de Glencar parece sacada de un cuento de hadas. En un espacio oscuro e íntimo, con ramas de árboles colgando por encima, brillantes chorros de agua descienden 15 metros desde rocas cubiertas de musgo hasta un estanque verde rodeado de helechos. Las mejores vistas de esta escena encantada se obtienen desde el mirador elevado. Es un espacio de meditación rodeado de naturaleza y tan bello que incluso sirvió de inspiración al poeta WB Yeats. Escrito en 1889, El niño robado está ambientado en este paisaje idílico («donde brota el agua errante») y explora el folclore de hadas que lo rodea.

Tras precipitarse por la cascada, el agua desemboca en el lago Glencar, a poca distancia a pie. El mejor momento para visitar este lugar es temprano por la mañana, cuando la niebla se extiende por el valle, los cisnes se desplazan por las aguas tranquilas y las ovejas pastan junto al lago sobre la hierba cubierta de rocío. Es el lugar perfecto para pescar salmones (solo tienes que asegurarte de obtener un permiso de antemano). El kayak y el surf de remo son formas populares de explorar el lago, pero si no te apetece mojarte los pies, la ruta Glencar Hill Walk (7 km) podría ser más adecuada para ti. Esta ruta parte del aparcamiento y bordea el lago hasta la cascada de Glencar. Calificado como moderado, este paseo implica una subida y ofrece unas vistas excepcionales de la bahía de Sligo, Knocknarea y las colinas de Leitrim.