Qué ver y hacer en Dublín: 9 mejores atracciones

1. El Guinness Storehouse

Hace falta MUCHO para convertirse en un icono, pero Guinness lo ha logrado. Puede que el “Black Stuff” sea famoso en todo el mundo, pero esta cerveza negra que tanto tarda en asentarse nació en St James's Gate, en pleno corazón del casco antiguo de Dublín. En 1759, un emprendedor maestro cervecero llamado Arthur Guinness firmó un contrato de arrendamiento de 9.000 años por un importe anual de 45 £. Un par de siglos después, nació el Storehouse, que fue construido en 1904 según el estilo Escuela de Chicago para ser utilizado como centro de fermentación. Hoy en día es la principal atracción turística de Irlanda, una reluciente exposición multimedia con todo, desde la publicidad retro de la marca hasta la elaboración de cerveza, culminada con una pinta en el Gravity Bar de 360º. Cuando llegues, ¡no te olvides de brindar por la maravillosa creación de Arthur Guinness!

2. Catedrales de la Santísima Trinidad y de San Patricio

Ancestrales, imponentes y fascinantes, las dos catedrales de Dublín forman una pareja impresionante. Construida junto a un pozo donde el santo patrón de Irlanda bautizaba a los conversos, la catedral de San Patricio data de 1220 y está llena de monumentos, vidrieras del siglo XIX y una preciosa capilla de la Virgen. 

La catedral de la Santísima Trinidad está a solo 10 minutos caminando y lleva casi 1.000 años atrayendo a peregrinos. Hoy en día su cripta medieval es uno de sus mayores atractivos. Hay muchos otros motivos para visitarla, pero a algunos les puede fascinar la Capilla de San Lorenzo O'Toole, un santuario en forma de corazón que contiene el corazón embalsamado del santo.

3. El Libro de Kells y el Trinity College

Con una historia que incluye monjes, vikingos y remotas islas escocesas, el Libro de Kells te pondrá los pelos de punta. Este magnífico manuscrito del cristianismo primitivo es simplemente una obra maestra. El libro se encuentra en la sala Treasury del Trinity College y el recorrido incluye una visita a la biblioteca Long Room, una de las más espléndidas de Europa con más de 200.000 de los libros más antiguos del Trinity. 

Después, pasea por el encantador campus de la universidad, que data de 1592 y puede presumir de haber acogido a ilustres alumnos como Bram Stoker, Oscar Wilde y Jonathan Swift. La plaza delantera y el campanil son maravillosos, mientras que la universidad también alberga la moderna Galería de la Ciencia y la Galería Douglas Hyde, con exposiciones cambiantes de arte contemporáneo. 

4. EPIC, el Museo Irlandés de la Emigración

Ubicado bajo las históricas bóvedas del edificio CHQ en el Custom House Quay, el EPIC profundiza en la diáspora de Irlanda con una experiencia interactiva detallada, brillante y vanguardista que explora los viajes inspiradores de los más de 10 millones de personas que zarparon desde las costas de Irlanda a lo largo de la historia. ¿Quieres saber más sobre tu ascendencia irlandesa? Aquí también se encuentra el Centro de historia familiar irlandés, en el que podrás acceder a valiosos registros, hablar con un experto en genealogía y unirte a la comunidad en línea de personas que desean saber más sobre sus raíces irlandesas.

Si buscas otro lugar repleto de linajes, el cementerio de Glasnevin atesora los documentos de un millón y medio de enterramientos, por lo que podría decirse que una visita a este camposanto te ofrecerá una interesante visión del nacimiento de la nación.

5. Castillo de Dublín

El castillo de Dublín está encaramado en el lugar donde se erigía una fortaleza vikinga danesa del año 930 d. C. y la colocación de su primera piedra corrió a cargo del rey Juan de Inglaterra en 1204. Pero su importancia histórica no se detiene ahí. Bajo dominio británico desde aquel momento hasta 1921 (fue un objetivo clave durante el Alzamiento de Pascua en 1916), ha servido de tribunal, fortaleza e incluso de lugar de ejecución, con su arquitectura evolucionando y creciendo con cada metamorfosis. 

Con pocos torreones a la vista, en realidad, da más la sensación de ser un enclave diseminado que un castillo; pero es el escenario de todos los grandes eventos de estado, incluidas las inauguraciones presidenciales. Explora sus terrenos o haz una visita guiada por los apartamentos de estado, la cripta medieval y la Capilla Real.

6. Cárcel de Kilmainham

La entrada en el ala este de la cárcel de Kilmainham te impresionará. Espeluznante, vasta y desierta, la cárcel es la mayor prisión desocupada de Europa y sus gruesos y fríos muros albergan innumerables relatos. 

Para cuando dejó de funcionar en 1924, muchas de las figuras políticas más importantes de Irlanda habían pasado por sus celdas, incluidos Robert Emmet, Charles Stewart Parnell, el presidente Eamon de Valera y los líderes del Alzamiento de Pascua de 1916 (14 de los cuales fueron ejecutados en el patio de los picapedreros). La visita aquí aporta una imagen dramática de la historia de esta imponente prisión con su hacinamiento, miseria y condiciones brutales. No te la puedes perder. 

7. Museos gratuitos de Dublín

Admira una de las colecciones de oro más grandes y deslumbrantes de Europa, enfréntate “cara a cara” con los increíbles cadáveres conservados de hombres y mujeres de la Edad del Hierro, y déjate maravillar por un barco de madera de 4.500 años del condado de Galway. El Museo Nacional de Dublín se encuentra en un encantador edificio palladiano de 1890 y es uno de los muchos museos de la ciudad que no puedes perderte. 

La oferta cultural no termina aquí. La Galería Nacional de Irlanda alberga maravilloso arte europeo e irlandés, con una aclamada colección de obras del pintor irlandés Jack B. Yeats. Empápate del pasado y explora el diseño irlandés a lo largo de los siglos en el Museo Nacional de Artes Decorativas e Historia en Collins Barracks, y visita la Galería Hugh Lane para ver el estudio de Francis Bacon, famoso en el mundo entero. ¿Y sabes qué es lo mejor? ¡La entrada es gratuita!   

8. Parques urbanos

Tanto si quieres pasar la noche viendo una película antigua en una frondosa plaza georgiana como si prefieres distraerte en un mercado agrícola a la hora de la comida, los parques de Dublín satisfacen todos tus deseos. Apreciados y queridos, los espacios verdes de la ciudad incluyen el oasis escondido de los jardines de Iveagh (perfectos para un pícnic por la tarde) y la joya del centro de la ciudad, St Stephen's Green, donde se realizaron ejecuciones públicas hasta la década de 1770.

Por la tarde pasea en bicicleta como un habitante más de la ciudad por el parque Phoenix, uno de los mayores parques urbanos cerrados de Europa, en compañía de una gran manada de gamos; busca la estatua de Oscar Wilde en Merrion Square, o pasa un rato en los jardines de Dubh Linn, situados justo detrás del castillo de Dublín. Felicidad urbana.

9. Little Museum of Dublin

En un rincón de St Stephen’s Green está el Little Museum of Dublin, una excéntrica colección de objetos fascinantes donados por los propios dublineses. El museo cuenta con exposiciones cuidadosamente seleccionadas y es un lugar encantador para pasar una tarde tranquila descubriendo la historia más íntima del Dublín del siglo XX a través de fotografías, cartas, publicidad y arte. Los amantes de la música disfrutarán especialmente de la exposición del segundo piso, “U2 Made in Dublin”, que cuenta la historia desde 1976 hasta la actualidad de la banda de rock más famosa de la ciudad. Después, dirígete a Hatch & Sons, el restaurante en el sótano donde podrás degustar un suculento almuerzo a base de pescado ahumado al estilo tradicional irlandés.